La Liga pone duras condiciones para colaborar con Berlusconi, que recibe el encargo de formar Gobierno
La Liga Norte puso ayer duras condiciones sobre la composición M Gobierno y la separación entre el interés público y los intereses privados de Silvio Berlusconi para entrar en el Gobierno que intentará formar el empresario. "Ahora empieza el verdadero juego", proclamó Umberto Bossi, tras asegurar que, si no recibe satisfacción, la Liga se limitará a apoyar al Gabinete desde fuera, para hacerlo caer en septiembre. El nombramiento de tres garantes es la fórmula de separación de intereses que Berlusconi anunció en la tarde de ayer, tras aceptar el encargo de formar el Gobierno.
No hay duda, sin embargo, que el magnate encabezará el nuevo Gobierno, ya que, como aseguró el propio Bossi, "no hay alternativa a Berlusconi", antes de añadir que la Liga cumplirá en cualquier caso con su deber ciudadano de facilitar la dirección del país "en estos momentos difíciles".
Il Giornale, que fue de Indro Montanelli y que hoy es simplemente de Berlusconi, saludaba ya ayer al nuevo Gabinete con el titular Haremos el puente sobre el estrecho, referente a un gran proyecto de conexión entre Calabria y Messina para unir Sicilia al continente, que Berlusconi pretendería realizar de inmediato, sin que cueste una peseta al Tesoro y con una fórmula mágica de recurso a empresas extranjeras.
Pero Bossi sigue echando agua al fuego de estos planteamientos triunfalistas cuando habla de apoyar al Gobierno desde fuera, mediante la abstención en el voto de confianza, y sólo durante los cuatro meses necesarios para que se vuelvan a convocar elecciones generales. Aunque advierte: "La abstención es una solución límite, un resultado extremo, que sólo !e producirá si comprobamos que existe una total mala voluntad relativa a la participación de la Liga Norte, el primer partido del Parlamento, en el Ejecutivo".
'Puro y duro'
Obligado a mantener su imagen de puro y duro frente a un incómodo aliado que le está quitando adeptos hasta poner en vilo su futuro como político, Bossi sigue aireando en público sus diferencias con el presidente de Forza Italia. A diferencia del neofascista Gianfranco Fini, que, sin ruido ni escándalo, parece haber conseguido ya para sus huestes una vicepresidencia del Gobierno y al menos tres ministerios.
Las condiciones de Bossi se refieren al manido tema de que Berlusconi debe dar garantías de que "no mezclará los negocios privados con los públicos", y a las competencias que deben corresponder a la Liga Norte dentro del nuevo Gabinete, con especial mención del Ministerio del Interior, un departamento que, según Bossi, no debe ir a un hombre de Forza Italia, "porque tendríamos un premier demasiado fuerte".
Bossi dijo que Interior deberá ser para la Liga, debido a que ese departamento concentra la mayoría de las facultades sobre las autonomías y regiones, que el líder liguista considera ya como un patrimonio natural de su movimiento y de sus propuestas federales. Pero interior también tiene autoridad sobre las fuerzas del orden y los servicios secretos.
Mostrándose conciliadora, la Liga ha propuesto una división de la citada cartera, de modo que su representante pueda hacerse cargo sólo de las competencias autonómicas. El presidente de la República, Oscar Luigi Scalfaro, que ayer dio oficialmente el encargo de formar gobierno a Berlusconi, se niega a esa solución.
Lo mismo ocurre con el problema de la confusión de intereses, un tema en el que Bossi se muestra contrario al nombramiento inmediato de un garante, porque "sería una improvisación con resultados poco felices". Scalfaro, en cambio, parece que acogió mal la última tendencia de Berlusconi a infravalorar ese problema, como cuando dice que "sólo el sentido común puede resolverlo".
Además de exigir para la Liga también el Ministerio del Tesoro, hay dos puntos en los que Bossi se muestra más inflexible: en que ni Marco Pannella ni Francesco Cossiga formen parte del próximo Gobierno. El primero, porque Berlusconi le presenta como el enlace entre el Gobierno y la izquierda, una función "para la que ya está la Liga", según Bossi. El segundo, porque es un personaje del viejo sistema "y hay que estar atentos a los intentos de reciclar lo viejo a través de Forza Italia", insiste Bossi. Con estos y otros problemas deberá lidiar Berlusconi en los próximos días, a fin de ultimar un Gabinete que no se espera pueda presentarse en el Parlamento para pedir la confianza antes del 10 de mayo.
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