"Una de cada dos casadas en EE UU es infiel"
"Las mujeres están en su derecho die intentar todo lo que les haga felices y todo lo que satisfaga su vida sexual", dice la sexóloga norteamericana Carol Botwin, y está claro que muchas ejercitan ese derecho.Si el 60% de los hombres casados son infieles, las mujeres se acercan a esa cifra a pasos agigantados. En 1953, el informe Kinsey hablaba de un 26% de casadas infieles. En 1989, una encuesta entre 3.400 mujeres realizada por la revista estadounidense New Woman mostraba un 41% de infidelidad. Según las investigaciones realizadas por Carol Botwin en los últimos dos años, una de cada dos mujeres entrevistadas es infiel. Su experiencia (entrevistas, cartas de centenares de mujeres ... ) y las encuestas nacionales le hacen afirmar que sucumben a la tentación más de 21 millones de mujeres norteamericanas.
"Yo ahora no estoy casada. No soy infiel. Esta es mi respuesta oficial", advierte diplomática Botwin, que acaba de publicar en España su libro Mujeres tentadas, todo un compendio sobre la infidelidad femenina, con "sus pasiones y zozobras". Es autora de otros cinco libros sobre asuntos amatorios, entre ellos uno sobre hombres tentados: ¿Por qué los hombres no pueden ser fieles?
"Infidelidad ha existido siempre, pero ahora más que nunca. Hay muchas tentaciones. Las películas, las telenovelas, los cotilleos de las revistas... idealizan la infidelidad, la aventura, el encanto de lo prohibido. Sexo con una pareja distinta es la fantasía número uno de las mujeres casadas", dice, pero no todas las fantasías se consuman. "El 25% de las aventuras son más emocionales que sexuales". Las causas de la contención son variadas: "Motivos religiosos, la idea de que si no hay sexo completo no hay adulterio... ". El temor al sida no frena a los amantes. "Ojalá sé preocuparan. La gente sigue practicando sexo inseguro. Piensan: 'A mí no me va a tocar.
"Se destapan las infidelidades de los políticos, pero si ocurriera en el caso de una mujer política, su carrera estaría arruinada para siempre. Socialmente no está consentida la infidelidad femenina, se niega que las mujeres tengan una sexualidad activa", afirma la sexóloga. "La infidelidad sigue teniendo peores consecuencias sociales para las mujeres".
El viejo mito del ama de casa aburrida que se lía con el primero que llama a la puerta no es válido ya. Las mujeres trabajadoras, sobre todo de clase media alta, son las que se llevan el gato al agua. Y más aún las jóvenes, que "no tienen ningún sentimiento de culpa. Se comportan como los hombres infieles, separan el corazón de la cama".
Los remordimientos son para las maduras. Sus escapes de felicidad les hacen sufrir, piensan que se complican la vida... "En general, para la mujer es un asunto muy importante. La mujer vuelve al matrimonio, aunque no sea perfecto, porque le importa mucho la seguridad de la familia, es muy protectora con los hijos". Otro mito, para Botwin, es que las infidelidades acaben siempre en divorcio.
Y no sólo las casadas se van con otros hombres; también se aventuran con mujeres. "Hay un número creciente, y los maridos parecen aceptarlo mejor que una infidelidad con otro hombre. El asunto femenino les excita, no les supone una rivalidad".
Uno de los principales motivos de las aventuras femeninas es la venganza. "Si él es infiel, yo también", corrobora la sexóloga.
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