Aznar dice que González está dispuesto a hundir el país antes de dimitir

La estrategia del PP no va a variar en los próximos meses. Seguirá centrada en la crisis económica y la corrupción política, con el elemento -añadido en el debate sobre el estado de la nación de responsable directamente de ambos problemas al presidente del Gobierno. Así lo confirmó ayer el líder de los populares, José María Aznar, en la reunión de la comisión permanente del PP. Aznar lanzó durísimas andanadas contra Felipe González y llegó a decir que el jefe del Ejecutivo "está dispuesto a llevarse el país por delante con tal de no dimitir".

Además, el principal partido de la oposición hará responsable a CiU y a Jordi Pujol de la imposibilidad de presentar una moción de censura contra el Ejecutivo. El líder del PP fue parco en palabras ante la permanente, reunida en Madrid y dedicada casi en exclusiva al análisis del resultado del debate parlamentario.Aznar manifestó su impresión de haber "conectado con la calle" en el discurso que pronunció en el Congreso de los Diputados. "Hemos hablado de los problemas que interesan en la calle", indicó, y la opinión pública "es consciente de que González es el problema y, por tanto, de que tiene que irse".

Pero el presidente del Gobierno, según el líder del PP, "está en una actitud desestabilizadora, dispuesto a llevarse el país por delante y a crear una gravísima crisis institucional absolutamente incontrolable antes de dimitir".

Aznar, tras este diagnóstico, hizo un llamamiento a los suyos para que se mantengan "tranquilos ante cualquier circunstancia que se produzca" y señaló que una de las tareas que les esperan es defenderse de la impresión interesada de que existen parecidos niveles de corrupción en todos los partidos y demostrar que en esto los populares "no son iguales que el PSOE".

El PP, por otra parte, ha abierto una nueva línea argumental para responsabilizar a CiU y a Jordi Pujol de la imposibilidad de presentar una moción de censura contra el Gobierno. Los populares responden así a los ataques de los nacionalistas catalanes durante el fin de semana. Pujol y Miquel Roca acusaron al partido de Aznar de anticatalanista y pidieron que no vaya a su candidatura europea ni un solo voto catalán.

La respuesta del PP es intentar aumentar la presión sobre la coalición de Pujol para que su apoyo al Ejecutivo acabe teniendo un coste en las urnas. El apoyo de CiU al Gobierno fue uno de los argumentos barajados en la comisión permanente para explicar por qué no se acudió a la moción de censura. La otra explicación, expuesta por el secretario general, Francisco Álvarez Cascos, es que al propio Partido Popular no le interesaba la censura.

"En una moción de censura se debate y se vota el proyecto alternativo al del Gobierno", señaló Álvarez Cascos. "Lo que nos interesaba ahora, lo que pedía la opinión pública y lo que le interesaba al país era debatir la situación a la que ha conducido el Gobierno de González a España, no cómo sería España si gobernara el PP".

El partido de Aznar no quería desviar la atención de las responsabilidades del Ejecutivo en los casos de corrupción, ni renunciar a abrir una brecha de fuerte desgaste, y no lo hizo. Es lo que vino a decir Álvarez Cascos a sus compañeros de la permanente. Para el futuro, el PP deja la puerta abierta a la moción de censura, pero señalando que sólo franqueará el umbral si existen posibilidades de que Pujol y CiU se muevan.

La permanente estuvo dedicada casi íntegramente al resultado de la confrontación parlamentaria, que los populares consideran una victoria en toda regla, tomando como base las encuestas publicadas en EL PAÍS tras los dos últimos debates del estado de la nación, el de 1992 y el de la semana pasada. La talla política de Aznar, considera la dirección del partido, ha crecido en este plazo y el impacto de sus intervenciones sobre la opinión pública se ha multiplicado.

También sobre la base de las encuestas, el PP considera que se ha producido un cambio importante en las prioridades de la opinión pública que avala su estrategia. Ha desaparecido del primer lugar de las preocupaciones colectivas el terrorismo. Ahora, los dos problemas que más preocupan a los españoles son la crisis económica (al 5 1% de los consultados) y la corrupción (32%). Hace dos años esta última cuestión sólo aparecía citada en un lugar predominante por el 8% de los consultados.