Georgia rescata su vida musical y de danza
Edvard Shevardnadze asiste al estreno de un nuevo ballet sobre 'Scherezade'
En el desolador paisaje después de la batalla que es Georgia, la esperanza surge desde el teatro de la ópera de Tbilisi, donde se ha estrenado una gran producción de ballet, que junto a la reapertura por la firma Sony del auditorio nacional, han significado la normalización de la vida cultural georgiana.
Con las huellas de la guerra por todas partes, la vida teatral y musical ha recomenzado en Tbillsi con la reapertura del auditorio nacional de la ciudad, de espléndida acústica, y ahora regentado por Sony para utilizarlo como estudio de grabación. El concierto inaugural lo protagonizó el pianista italiano Alessandro de Luca y la orquesta sinfónica local dirigida por Jansug Kakhidze.Los conciertos comienzan a las once de la mañana y el ballet a las cuatro de la tarde. No hay ya toque de queda, pero se pueden oír claramente tableteo de ametralladoras tras las colinas que rodean Tbilisi, y de vez en cuando, eco de morteros. La paz aparentemente estable hay que aprovecharla a marchas forzadas, y el nuevo Scherezade comenzó a producirse hace un año, a partir de una idea del empresario musical Valentín Prochinsky, que no vaciló en lanzarse a la aventura. Para los diseños se ha servido de Teimouraz Murvanidze, el más prestigioso escenógrafo del país, que ha derrochado mucho ingenio. Los ensayos se habían interrumpido por la guerra y recomenzaron a mediados de diciembre.
Al estreno asistió el presidente Edvard Shevardnadze, quien declaraba en georgiano que "esta es la primera gran producción de la Georgia libre. El arte escénico no puede detenerse, y las dimensiones y calidad de este Scherezade le harán recorrer el mundo".
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.