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Alumnos de Veterinaria forman un retén para ir a curar ballenas y delfines

Antonio Jiménez Barca

Los 100 miembros de la asociación estudiantil Balaena, localizada en la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense, están a punto de conseguir su objetivo: una agencia para socorrer, en la misma costa, a ballenas y delfines en apuros. Para sacar dinero han organizado un curso sobre mamíferos marinos que empezará en mayo. La idea ha sido un éxito: han recaudado 800.000 pesetas y ya no hay plazas.

Con el dinero recaudado con las inscripciones (el curso cuesta 4.000 pesetas y se han cubierto las 200 plazas), los miembros de Balaena piensan hacer dos cosas. Por un lado, colaborar en la apertura de un museo marítimo en la Patagonia, y por otro, organizar una suerte de cuerpo de guardia compuesto por cuatro veterinarios o estudiantes de Veterinaria.Este grupo estará conectado con ecologistas de toda España para salir disparado hacia cualquier punto de la costa española en cuanto le avisen de que hay una ballena o un delfín que necesita de sus cuidados médicos.

Museo en Patagonia

La explicación de que se ayude a montar el museo precisamente en Patagonia (al sur de Argentina) estriba en que el organizador del curso es un argentino especialista en cetáceos que no pidió dinero para él, sino para su proyecto. "Como la cosa ha ido muy bien, pensamos organizar otro curso, idéntico al primero, y con los mismos propósitos", añade Mariano Morcillo, de 25 años, uno de los organizadores.Morcillo está extrañado y sorprendido por la aceptación que ha tenido la propuesta. "Se han apuntado hasta chicos de COU, que yo no sé ni cómo se han enterado de que existe el curso", dice entusiasmado.

Los miembros del grupo Balaena aseguran que para la primera quincena de mayo ya dispondrán de la infraestructura necesaria para recorrer las carreteras acudiendo al SOS de ballenas y delfines.

"La Facultad de Veterinaria aportará todo el instrumental médico necesario, y nosotros pondremos la gasolina y el vehículo", aclara Morcillo. Añade que el hecho de que la oficina esté situada en Madrid no añade ningún problema a la hora de salvar cetáceos. "En el fondo, desde aquí estamos en disposición de acudir a cualquier punto de la costa", señala. "Si viviéramos en La Coruña, no podríamos llegar rápidamente a Cádiz", razona.

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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