"La ONU abrirá las puertas a la guerra si tira la toalla en el Sáhara"
Mohamed Abdelaziz
Mohamed Abdelaziz, de 45 años, líder del Frente Polisario y presidente de la República Árabe Saharaui Democrática, insta a la ONU a organizar un referéndum en la antigua colonia española so pena de dar paso nuevamente a la guerra.
Mohamed Abdelaziz, de 45 años de edad, secretario general del Frente Polisario y presidente de la República Árabe Saharaui Democrática (reconocida por unos 80 Estados, entre los que no se encuentra España), ha visitado Madrid en búsqueda de solidaridad internacional para alentar a la ONU a que siga adelante con el plan de paz para el Sáhara y organice en la antigua colonia española un referéndum "limpioAbdelaziz asistió a una conferencia en la que diputados, europarlamentarios, alcaldes y representantes de organizaciones humanitarias de 17 países le aplaudieron a rabiar pero, a diferencia de anteriores ocasiones, ningún miembro del Gobierno español le recibió.
Queda así puesto de manifiesto el aislamiento del independentismo saharaui que encarna Mohamed Abdelaziz.
Argelia, el valedor del Polisario, vive una guerra civil larvada y carece de fuerzas para impulsar una revindicación a la que se opone un Marruecos con creciente prestigio en a comunidad internacional.
Pregunta. Para poder celebrar el referéndum, el secretario general de la ONU, Butros Butros-Gali, propuso un compromiso a mitad de camino entre el empeño del Polisario por utilizar el censo español de votantes de 1974 actualizándolo y el deseo marroquí de añadir hasta 160.000 electores a los 74.000 recopilados por la Administración colonial. ¿Por qué no lo acepta?
Respuesta. No quiero debatir sobre cuántos electores más podrían votar si se aplican los criterios del secretario general de Naciones Unidas. Me limito a subrayar que algunos de esos criterios se alejan muchísimo del censo español. El testimonio oral para que aspirantes a votar puedan demostrar que vivieron en el Sáhara es, por ejemplo, poco fidedigno, porque la Administración colonial española distribuyó documentos de un tipo o de otro a casi todos los saharauis. Además, bastaría, según esos criterios, con que un individuo de una determinada tribu figure en el censo para que prácticamente el resto de la tribu, incluso si es originaria del Rif, pueda ejercer su derecho al voto. Rabat tiene así abierta la posibilidad de introducir en el censo a toda la población marroquí que desee. Si jugásemos sucio nosotros podríamos intentar hacer otro tanto con la argelina.
P. Las autoridades marroquíes aseguran que si la ONU se limita a actualizar el censo español sin ampliarlo usted no podría votar, porque nació en Marraquech.
R. Nací en la región de Smara (Sáhara Occidental) y además allí están enterrados mis antepasados. Es verdad que no figuro en el censo español de 1974 porque entonces ya era miembro del Polisario. Mi familia próxima sí está censada. En situaciones como la mía podría estar un pequeño porcentaje de los habitantes del Sáhara. De ahí que no nos neguemos a pequeños retoques del censo. Ahora bien, si los marroquíes quieren utilizar mi caso para justificar el fraude en la consulta estoy dispuesto a renunciar a mi voto.
P. Los diplomáticos que siguen el tema creen que el 15 de julio Butros-Gali remitirá un nuevo informe, acaso el último, al Consejo de Seguridad de la ONU en el que constatará su fracaso para acercar los puntos de vista de los adversarios y propondrá dos opciones: celebrar el referéndum sin el asentimiento del Polisario o tirar la toalla y retirar a la MINURSO (fuerza de Naciones Unidas en el Sáhara). ¿Significaría esta última decisión, como la más probable, la reanudación de la guerra?R. Ambas supondrían un grave fracaso para la ONU, que abrirá las puertas a la guerra si tira la toalla en el Sáhara. Es harto difícil organizar un referéndum sólo con la participación de Marruecos. Hacerlo contradice el espíritu del plan de paz. No creo que lo acepte el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Si no tan dificil como la anterior, arrojar la toalla sería una decisión igualmente negativa. Hacerlo sería también dar paso a que las puertas se abran de par en par a la guerra. La vuelta al lenguaje de las armas en el Sáhara tendría consecuencias desestablizadoras para el conjunto del Magreb. Hay otras vías para seguir buscando la paz.
P. ¿Qué vías cree que podría explorar el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, algo cansado del Sáhara?
R. La negociación directa con el Gobierno de Rabat es un camino posible. ¿Por qué Marruecos ha roto el compromiso adquirido en Marraquech en 1989 [el rey Hassan II recibió entonces a una delegación del Polisario] de continuar el diálogo al más alto nivel?. Otra idea sería la que lancé el jueves en Madrid, consistente en celebrar una conferencia internacional de paz similar a las que resolvieron conflictos como el de Namibia o Camboya. Nos gustaría que, además de Marruecos, Mauritania, Naciones Unidas y la Organización de la Unidad Africana (OUA), participaran también en ella España, Estados Unidos y Francia.
P. ¿No es Estados Unidos la potencia que a lo largo de estos últimos años ha sido más comprensiva con el Frente Polisario en los diversos foros internacionales?
R. No diría que es un país aliado, ni siquiera simpatizante de nuestra causa. Ahora bien, desde que en abril de 1991 se constituyó la MINURSO, ha desempeñado un papel constructivo, coherente y comprometido con el mantenimiento de la credibilidad de la ONU. Es decir, receloso de cualquier intento de alterar la limpieza y transparencia del referéndum.
P. ¿Diría lo mismo de España?
R. Sí, creo que se puede decir.
P. Los islamistas en Argelia ironizan sobre el Polisario describiéndolo como la rama del Frente de Liberación Nacional [ex partido único argelino] en las arenas del desierto. Si cambia el poder en Argel, ¿se le va a hacer al Polisario la vida aún más difícil?
R. Las autoridades marroquíes describieron durante años al Polisario como el brazo de Huari Bumedian [difunto presidente de Argelia] o de Muanimar el Gaddafi. Establecer nexos entre la causa saharaui y elementos externos conduce a errores. Sean cuales sean los posibles cambios de poder no veo ninguna solución que ponga fin al conflicto sin la aplicación del derecho a la autodeterminación. A mi entender todos los argelinos, cualquiera que sea su ideología o religión, apoyan ese derecho.
P. En general, en el mundo árabe crece el sentimiento religioso. ¿Sucede lo mismo entre los saharauis?
R. No creo que seamos inmunes a un fenómeno tan vigoroso como el crecimiento del sentimiento religioso en el mundo árabe. Vivimos en el desierto, pero éste no es una isla aislada del mundo. Hasta ahora, sin embargo, no han emergido síntomas notables. Hay dos razones para ello. La tradición cultural beduina hace otra interpretación del islam en la que, por ejemplo, la mujer juega un papel de primera fila. Además, somos un pueblo que lucha por su supervivencia. No tenemos mucho tiempo para pensar en otras cosas.
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