Pareja Obregón: "Tengo la moneda y puedo cambiarla"
Dice Martín Pareja-Obregón que lo único que le preocupa es que los toros embistan esta tarde. "Lo demás", añade, "lo tengo que poner yo y estoy mentalizado para ello; creo que puedo cambiar la moneda porque he demostrado antes que la tengo".El torero sevillano sorprendió con su toreo de capote y muleta el día de su presentación como novillero en Sevilla, el 23 de abril de 1989; recibió la alternativa en la feria de abril del 91, de manos de Curro Romero, y su estrella se ha ido apagando poco a poco: 19 corridas en el 91, 11 en el 92 y 7 en el 93. En la Feria de Abril torea sólo esta tarde, y tiene firmada otra corrida en San Miguel, en septiembre. El torero es consciente de su realidad, pero no pierde la esperanza: "La primera vez puse el listón muy alto", afirma, "de hecho, la faena de mi debú fue calificada de memorable, y se me ha exigido siempre con arreglo a lo que fui capaz de hacer; pero los toros no han embestido como aquél, no he estado certero con el estoque, la alternativa no me ayudó y no he tenido oportunidades en plazas de responsabilidad".
De todas maneras, Pareja-Obregón asegura que la gente le espera. "Creo que todos tenemos que tener paciencia y confiar en que puedo cuajar una faena. Ese día llegará y será, además, en Sevilla; sé que es muy dificil, pero yo lucho y espero; soy consciente de que se tienen que reunir una serie de condiciones muy especiales, pero cuando salga un toro, voy a estar ahí".
El diestro sevillano se queja de la falta de oportunidades que ha tenido en su carrera, circunscrita fundamentalmente a Sevilla. "Soy un torero inédito en España", se lamenta, "y me considero, además, injustamente tratado por las empresas de las plazas importantes; las que mandan son las grandes ferias, y yo no he toreado, por ejemplo, en Valencia, Castellón, Bilbao, Valladolid... Hay que ofrecer más posibilidades a los que queremos triunfar en los toros". Tampoco ha confirmado la alternativa en Madrid, a pesar de que llegó a torear unas 30 novilladas en los alrededores de la capital. "Hemos mantenido conversaciones", dice, "pero no ha habido un hueco para mí en San Isidro. Y no sé por qué".