La prensa será en breve la fuente de ideas para el 90% de los españoles

Sólo diez de cada cien españoles, compran periódicos, pero la prensa cada vez es más importante como fuente de ideas y como medio de transmisión del pensamiento. Así lo estiman intelectuales como Javier Muguerza, Fernando Savater, José María Sánchez Ron, Juan Cueto, Manuel Garrido, José Antonio Gimbernat, Gabriel Albiac y Reyes Mate, entre otros, que no creen en la radical incapacidad de los medios para la filosofía y el pensamiento, contra lo pregonado por algunos.

El público que abarrotaba un salón del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) fue testigo, en la noche del miércoles, de la conclusión a la que llegó tan nutrido grupo de figuras del pensamiento: que la prensa de hoy, pese a sus limitaciones, es el único medio de conducir las ideas hacia amplias audiencias, y que de nada sirven los filósofos de salón.El acercamiento de los filósofos a los medios se registra en el siglo XVIII y ya desde entonces el periódico habla de lo que pasa y el filósofo estudia lo que no pasa. Para el pensador y escritor Fernando Savater, la clave está en relacionar lo que pasa con lo que no pasa. "Por eso la filosofía intenta actualizar en los medios las cosas que no pasan". Savater se muestra pesimista y optimista a la vez. "A este paso, la filosofía lleva camino de desaparecer del bachillerato y sólo se podrá tener relación con ella a través de los periódicos. La prensa será dentro de poco la fuente del pensamiento para el 90% de los españoles".

Savater no descarta que la prensa tenga ciertas perversiones, como sacrificar los contenidos en la búsqueda de un titular o presentar como algo mágico, por ejemplo, los descubrimientos científicos.

Para el escritor Juan Cueto, está claro que los medios generan las ideas. "Kant hizo un discurso determinado porque existía La Gaceta de Berlín y porque la utilizó", señaló Cuetó. "No se puede sostener la afirmación de que la filosofía es la materia en estado químicamente puro y los medios lo químicamente impuro. ¿Quién podría entender entonces la espiritualidad española sin que hubieran existido cauces para expresarla?

Lo malo es, en opinión del escritor asturiano, que en España no existen desde hace tiempo vehículos mediáticos como Triunfo o Cuadernos para el Diálogo que se hagan eco de las ideas y de las polémicas. "Registramos el empobrecimiento más escandaloso de Europa en este tipo de revistas", dijo.

Un espacio útil

En esa misma línea de consideración de la función de los medios de comunicación, en relación con la transmisión del pensamiento, José Antonio Gimbernat señala que la prensa es un test de calidad de las ideas. "Es verdad", concluye Gimbernat, "que el debate de las ideas en los medios hace que éstas pierdan parte de sus complejidades, pero ganan en extensión". En definitiva, los medios son un espacio útil para los pensadores.

El físico e historiador de la ciencia, José Manuel Sánchez Ron, encuentra limitaciones en la transmisión de las ideas a través de los medios, ya que éstos no asimilan cualquier tipo de debate. "¿Qué filósofos escriben y qué tipo de filosofía destilan los medios de comunicación?", se pregunta. "La filosofía moral, ética y política es la más favorecida, la que aparece con mayor frecuencia", se responde.

"Podríamos decir en tono despectivo con Kierkegaard que el periodista es el hombre que en un par de horas arregla el mundo", señala el filósofo Manuel Garrido, quien se muestra escéptico ante las posibilidades que tienen los medios como vehículos de la filosofía.

Para el escritor Gabriel Albiac, la distinción entre prensa y filosofia es ficticia. Albiac, columnista de prensa diaria, se muestra demoledor. "Se hace filosofía porque se ha perdido la relación directa con la verdad. En las facultades de filosofía no hay forma de pillar una idea. Son cementerios donde se ejerce una actividad laboral. La prensa es, por el contrario, el lugar privilegiado para ejercer el trabajo rigurosamente corruptor de la filosofía".

El filósofo Javier Muguerza, coordinador del debate, no quiere entrar por esta vez en profundidades, aunque dice que para utilizar los medios de comunicación se necesita "una cierta desvergüenza" y concluye que la prensa arroja una serie de oportunidades para los filósofos como se ha demostrado en el caso de José Luis L. Aranguren.