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Luis Roldán entregaba a su testaferro maletines con millones de pesetas en la Dirección de la Guardia Civil

M. GONZÁLEZ / C. VALDECANTOS El testaferro de Roldán, Jorge Esparza, acudió varias veces a la Dirección General de la Guardia Civil para recoger de manos de Luis Roldán, -entre febrero de 1990 y abril de 1993, bolsas y maletines con más de 60 millones de pesetas en metálico, que luego ingresaba en una cuenta del Banco Bilbao Vizcaya. Así lo dijo a los miembros de la comisión del Congreso que investiga el caso. Anoche, tras, ocho horas de interrogatorio los comisionados manifestaron su conmoción: "Es muy gordo lo que aquí se ha dicho esta noche" "muy fuerte", "espectacular". Josep López de Lerma, presidente de la comisión, anunció: "Tenemos materia de sobra para remitir el caso al fiscal y así vamos a comunicárselo al presidente del Congreso".

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Jorge Esparza, amigo y administrador personal del ex director general de la Guardia Civil, salió del Congreso tras su comparecencia por la puerta trasera, huyendo de los periodistas.Esparza aseguró a los comisionados que desconocía el origen de estos 60 millones de pesetas, correspondientes a las sucesivas ampliaciones de Europe Capital, la empresa que servía de cobertura a la expansión inmobiliaria de Roldán. Sólo en enero de 1991, Esparza recibió de. Roldán dos entregas por valor de 24 millones de pesetas, difíciles de justificar con los ingresos declarados de este último.

Esparza compatibiliza su cargo de director comercial de la constructora Huarte con la dirección de tres empresas, dedicadas a la adquisición de viviendas para Roldán; la esposa del ex presidente socialista de Navarra, Gabriel Urralburu, y el presidente de la Confederación Hidrográfica del Ebro, Antonio Aragón.

Además, contaba con otras dos compañías similares para administrar su patrimonio que, como le hicieron notar los diputados, fue creciendo en paralelo al del ex director general.

La gestión de los bienes de sus amigos la realizaba, según dijo, de forma completamente altruista, en razón de su amistad con los altos cargos, y sin ninguna relación con los contratos que su empresa obtenía del instituto armado o de la Diputación Foral navarra.

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Esparza, sin embargo, se vio obligado a admitir, ante las pruebas documentales, que intervenía en la adjudicación de obras para Huarte o la antigua Hispano-Alemana de Construcciones por parte de la Guardia Civil, a veces incluso firmando personalmente los contratos.

Vacaciones con Roldán Su amistad con Roldán le llevó también a acompañarle, con frecuencia en sus viajes al extranjero: a la isla de San Bartolomé, en el Caribe, durante la Semana Santa del 93; o a Ginebra, París, Praga y Berlín. A menudo, admitió, ambos embarcaban por la sala de autoridades del aeorpuerto, donde se les cuadraban los agentes de servicio, sin someterse a los controles aduaneros.

Del dinero que recibió de Roldán, Esparza sólo acertó a justificar 11 millones de pesetas, procedentes de un supuesto crédito concedido por el padre del ex director general, poco antes de morir, a la empresa de su hijo, mediante un documento privado. La confesión de que recibía millonarias entregas en metálico contrasta con la negativa, rotunda y exasperada, de haber recibido talones. Trabajadores de la empresa Sierra Comendador, ya cerrada, aseguran haber llevado al despacho de Esparza cheques por valor de 200 millones correspondientes al pago de comisiones ilegales por la adjudicación de obras. Dichos trabajadores deben comparecer el lunes y ratificar su denuncia.

En la sesión de la mañana, la interventora general del Estado, Purificación Esteso, y el interventor delegado de Hacienda en Interior, Fernando Martínez Genique, aseguraron que los informes en los que denunciaban la adjudicación irregular de obras en la Guardia Civil fueron remitidos a los entonces ministros de Interior, Luis Corcuera, y de Econ omía, Carlos Solchaga.

Los interventores insistieron, no obstante, en que sólo podían atestiguar que los informes se habían enviado a los ministros, no si efectivamente habían llegado a sus destinatarios. "El ministro sabrá lo que sepa porque se lo hayan querido comentar", llegó a decir a los miembros de la comisión el interventor delegado.

Martínez Genique expresó a los diputados su frustración por que nunca se haya contestado a sus denuncias y evitó comentar la gravedad de las imputaciones contenidas en su fiscalización de 1991, en la que advertía que algunas adjudicaciones estaban amañadas mediante la presentación de ofertas ficticias.

A pesar de reiterarse en las irregularidades constatadas en sus escritos, Martínez Genique calificó con un "notable alto" la gestión administrativa global de la Guardia Civil. Con todo, advirtió que la función interventora tiene limitaciones: "Busquen ustedes fuera de los expedientes", dijo, en alusión al presunto pago de comisiones a Roldán.

Por la mañana también declaró el ex secretario de- Estado para la Seguridad, Rafael Vera, quien se desmarcó de la gestión de su antiguo compañero de ministerio. "Yo no pongo la mano en el fuego por nadie. Sólo por mi hija, que tiene tres año, y hasta que cumpla la mayoría de edad", llegó a decir ante los diputados.

Vera aseguró que la Dirección General de la Guardia Civil actuaba con total autonomía y que él ni siquiera decidía sobre el procedimiento de adjudicación de las obras, pese a lo que dispone la normativa vigente, sino que se limitaba a dar por buenas las propuestas de Roldán.

Asunción disculpa a Corcuera

El ministro del Interior, Antoni Asunción, declaró ayer a la cadena SER que los informes de la Intervención del Estado "nunca llegaron a manos de José Luis Corcuera". "Pasar papeles no es suficiente. Este informe no se puede despachar como un simple oficio de remisión", manifestó.

Por otra parte, la comisión recibió ayer un certificado del Ministerio de Educación en el que se afirma que Roldán no posee ningún título universitario español, lo que contradice la biografía oficial que se facilitó tras su nombramiento por el Consejo de Ministros al frente de la Guardia Civil. Esa biografia indicaba que Roldán era ingeniero y economista.

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