Los sectores integristas de la antigua DC apoyan un Gobierno de Berlusconi
Los sectores más integristas de la disuelta Democracia Cristiana (DC), los ligados a movimientos como Comunión y Liberación o el Opus Dei, y en general a la actual línea vaticana, han reaccionado positivamente a la petición de apoyo lanzada por Silvio Berlusconi para poder gobernar con su precaria mayoría parlamentaria. Esta situación amenaza con dividir tanto al Pacto de Mario Segni como al Partido Popular Italiano (PPI). El fracaso electoral ha dividido también a la izquierda, que no ha logrado integrarse en un único grupo parlamentario.
Tanto Alberto Michelini, el miembro del Opus Dei y aliado de Marlo Segni que disputó a Berlusconi la elección en Roma, como Roberto Formigoni, el jefe de los populares ligados a Comunión y Liberación, y Rocco Butiglione, el filósofo colaborador Juan Pablo II que aspira a dirigir el PPI, han respondido, en efecto, muy positivamente al llamamiento de Silvio Berlusconi.Segni y los dirigentes del PPI, ligados a la izquierda ex democristiana, reiteran en cambio que con Berlusconi "jamás", ni como miembros del Gobierno ni con acuerdos para apoyarlo desde fuera.
Michelini, en una entrevista publicada ayer por un diario italiano, prevé incluso la escisión del PPI y del Pacto de Segni, en el supuesto de que éste no cambie de actitud.
En caso de ruptura, el político opusdeísta traza este futuro para sus aliados y para los cinco de los 17 parlamentarios de Segni que él representa: "Nos inscribiremos en el Grupo Mixto de la Cámara y del Senado, mientras que los disidentes del PPI deberán esperar probablemente al congreso de junio (de su partido). Si Butiglione, que aspira a la secretaría con la oposición de la izquierda interna, pierde la batalla se irá dando un portazo junto a los muchos que comparten su línea".
Berlusconi, que ayer declaró como testigo en Turín en relación con el pago de comisiones ilegales por sus empresas, ha sugerido la creación de un Ministerio para la Familia, mientras corre el rumor de que un estrecho colaborador de Segni podría ser llamado a desempeñar un Ministerio Económico.
Estos y otros puntos atraen la atención de sectores ex democristianos que, aún situándose en el centro, ya antes de las elecciones se mostraban favorables a la aproximación a Forza Italia. Los sectores citados no pretenden un acuerdo inmediato de Gobierno, pero sí facilitar la investidura de Berlusconi absteniéndose en la votación de confianza.
En el campo de la izquierda, el fracaso electoral ha provocado rupturas, a veces cargadas de reproches, como la del ex diputado Nando Dalla Chiesa con La Rete o la de Alianza Democrática, que se ha declarado indisponible a integrarse en un único grupo parlamentario, siguiendo el camino inaugurado por el Partido Socialista Italiano (PSI) y Refundación Comunista.
La Rete, Los Verdes y los llamados Cristiano Sociales son los únicos partidos que ayer acordaron sentarse en el Parlamento junto al Partido Democrático de la Izquierda (PDS). Precisamente la dirección del PDS desmiente que exista un enfrentamiento entre el secretario, Achille Occhetto, y su segundo, Massimo D'Alema.
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