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La flota de la anchoa sale a la mar y teme "Io peor" en su enfrentamiento con los pesqueros franceses

Aurora Intxausti

"Estamos dispuestos a todo". Así se expresaba ayer en el puerto de Hondarribia (Guipúzcoa) uno de los pescadores que prendieron fuego a las redes pelágicas de un pesquero francés. Los pescadores franceses amenazan con responder a los ataques españoles. El buque de la Marina francesa Commandant l'Herminier se dirigió ayer hacia el golfo de Vizcaya para patrullar la costa hasta que se libere un pesquero francés tomado como rehén.

El conflicto por el uso de diferentes artes de pesca que enfrenta a los pescadores de la flota de bajura del Cantábrico y del Noroeste con los de costa del suroeste francés se ha saldado con un barco de San Juan de Luz (Francia) incendiado y apresado por los pesqueros españoles y nueve embarcaciones vascas con daños de diversa consideración.Anoche, el ministro de Agricultura y Pesca español, Vicente Albero, culpó de los incidentes a los pescadores franceses y dijo tener la promesa de las autoridades de París de que su pesqueros no volverán a salir a la mar. La flota francesa dedicada a la pesca de la anchoa está sujeta a una parada biológica para redes pelágicas dictada por el propio Gobierno de París, recordó Albero en los pasillos del Congreso de los Diputados. El grupo del PNV en el Senado presentó ayer una interpelación y anunció que "ha llegado la hora de llevar al Estado francés ante el Tribunal de Justicia de Luxemburgo por la constante burla de que hace gala con los reglamentos de la Unió Europea".

La flota pesquera de bajura ha acordado, después de reunirse con los responsables de Pesca de las administraciones españolas y vasca, hacerse a la mar sin garantías de que los barcos de arrastre franceses cesen su actividad pesquera. "Salimos porque vivimos de eso y no podemos dejar pasar la campana de la anchoa, pero si nos encontramos con los barcos de Hendaya y San Juan de Luz puede pasar cualquier cosa. Las posturas son muy duras y puede suceder lo peor. Dios quiera que no nos encontremos con ellos en la mar", afirma Esteban Olaizola, el presidente de la Cofradía de Hondarribia. "Hace quince días nos hicieron promesas de que todo estaba solucionado y los franceses siguen faenando y, encima, nos amenazan con ir armados", se lamentan.

El precio de la anchoa en las pescaderías vascas ronda las 1.000 pesetas el kilo mientras que en el suroeste francés no alcanza las 300 pesetas.

El enfrentamiento entre las flotas española y francesa del Golfo de Vizcaya se inició cuando medio centenar de barcos de cerco del Cantábrico se enfrentaron a una docena de arrastreros pelágicos del suroeste francés con piedras y piezas de metal. "Entonces le incendiamos las redes y le tiramos al mar toda la anchoa que habían pescado. Pero enseguida vinieron tres patrulleras de la Armada francesa y un helicóptero para protegerles. Sin embargo, conseguimos hacernos con el barco y conducirlo hasta el puerto de Hondarribia", indica uno de los autores del abordaje.

Los pescadores franceses superaron a mediados del mes de marzo la cuota de 3.000 toneladas que tenían acordada entre las administraciones pesqueras de ambos países, pese a las medidas de presión llevadas a cabo por los pesqueros españoles. A finales de marzo bloquearon la desembocadura del río Bidasoa, pero embarcaciones de pelágicas de San Juan de Luz y Hendaya han continuado capturando anchoa.

Los arrastreros franceses quieren que se amplie el tiempo de pesca para sus barcos hasta el mes de junio y mantienen su intención de continuar faenando. "Vamos, a seguir pescando y a hacer la ley en la mar como ellos", indica Henry Pivert, responsable de los pesqueros de San Juan de Luz.

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Sobre la firma

Aurora Intxausti
Coordina la sección de Cultura de Madrid y escribe en EL PAÍS desde 1985. Cree que es difícil encontrar una ciudad más bonita que San Sebastián.

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