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Lluvia de subvenciones para arreglar las salas teatrales de Madrid

Ayuntamiento, Gobierno regional y ministerio aportan el dinero a partes iguales

Madrid perdió hace dos años su decano festival de teatro, uno de los acontecimientos culturales más prestigiados de la ciudad desde 1981. Apenas hubo voces de protesta, porque se anunció que el dinero destinado a ese festival - 150 millones de pesetas anuales- iría a parar íntegramente a la rehabilitación de las salas madrileñas. Han pasado dos años y aquella promesa seguía pendiente, lo que ha dejado con el agua al cuello a muchas salas, entre ellas el teatro Alfil (que esperaba esta subvención como única manera de acometer las mejoras que le pide el Ayuntamiento y escapar así del cierre inminente). Pero hoy, por fin, se firma el acuerdo, según anunciaron ayer fuentes oficiales.A partir de ese momento, las salas madrileñas deberán presentar sus proyectos de rehabilitación, reforma o mejora, que afectarán tanto a las condiciones de insonorización de las salas como a su seguridad y equipamiento. Algunas de ellas ya recibieron pequeños anticipos de este dinero, que en la mayoría de los casos resultó insuficiente.

El convenio fue ideado por el Gobierno regional. Sus responsables de política cultural consideraron que la presencia del teatro internacional en Madrid estaba cubierta con el Festival de Otoño y que, por otra parte, el sector teatral demanda habitualmente reformas, sobre todo, por problemas de seguridad. Las autoridades regionales propusieron un convenio tripartito con el Ministerio de Cultura y el Ayuntamiento de la capital, organismos que vieron con muy buenos ojos el proyecto.

En enero de 1993 ya estaban ultimados los estatutos del consorcio para mejorar los teatros, pero la destitución del concejal de Cultura, Pedro Ortiz, quien había estado al frente de las negociaciones, paralizó los trabajos. El Ayuntamiento nombró nuevos interlocutores (Gustavo Pérez Puig y Antonio Guirau). Tiempo después, fue el Ministerio de Cultura el causante de que se demorase la reunión final, por el cambio de su titular -Carmen Alborch sustituyó a Jordi Solé Tura- y alegando después motivos de agenda.

Hoy, finalmente, en la sede del Gobierno regional de la Puerta del Sol, las tres Administraciones estamparán la esperada firma, representadas por Carmen Alborch, el presidente Joaquín Leguina y el alcalde José María Álvarez del Manzano.

El nombre que recibe el documento es largo, aunque claro: Convenio de colaboración para la creación del consorcio del plan de rehabilitación y equipamiento de los teatros de Madrid.

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PASA A LA PÁGINA 19

Los teatros recibirán 150 millones al año hasta 1998

VIENE DE LA PÁGINA 1En principio, este convenio para rehabilitar las salas de teatro de Madrid se pensó para abarcar un periodo de cinco años (1993-1997). Pero los retrasos en la firma han hecho que este espacio temporal se amplíe con el fin de que los teatros no reciban una menor cuantía de la esperada (en estos dos años pasados, ni hubo festival ni subvención).

Ahora el convenio se desarrollará entre 1994 y 1998. Cada uno de estos años estarán disponibles 150 millones de pesetas (aportados a partes iguales por las tres administraciones implicadas).

Al final, la inversión total será de 600 millones, a los que habrá que sumar 70 que provienen de fondos sobrantes de los beneficios del Consorcio Madrid Capital Cultural 1992, que también estaba firmado por estas tres administraciones.

Algunos teatros esperan como agua de mayo esta firma. Uno de los casos más conocidos es el polémico teatro Alfil, que sufrió un intento de cierre a caro del concejal Ángel Matanzo. Ahora podrá acometer las rerformas de insonorización que e le reclaman.

Tanto Joaquín Leguina como su consejero de Cultura, Jaime Lissavetzky, y Jordi Solé Tura, cuando aún era ministro, prometieron a la dirección del Alfil que se les apoyaría económicamente a través de este convenio para emprender las obras de insonorización necesarias que evitaran el cierre de la sala. De hecho, la situación de este local ahora es desesperada, ya que el 5 de mayo se termina la prórroga para recabar nuevos accionistas. La dirección del teatro ha anunciado que si para entonces no se lograse la financiación necesaria tendría que cerrar sus puertas.

Otros recintos ya se han visto favorecidos previamente por el convenio de rehabilitación que hoy se firma, como la propia sala Alfil y los teatros Maravillas, Infanta Isabel y la sala San Pol, a los que el Gobierno regional ya adelantó una ayuda de 25 millones para subsanar deficiencias urgentes a cargo de los 50 millones de pesetas que esta Administración tenía consignados en los presupuestos de 1993. Dado que el pasado año no se formalizó el convenio, el Ejecutivo autónomo va a intentar que, en vez de que se le reste esta cantidad ya aportada, sean las otras administraciones las que asuman mayor gasto.

Intereses bancarios

Con el fin de que los teatros que se quieren acoger a estas ayudas puedan hacer sus reformas con prontitud, el Gobierno regional tenía previsto proponer que se pueda dar todo el dinero del convenio el primer año. Si las tres administraciones aceptasen esta propuesta, una o varias entidades financieras adelantarían el dinero y las administraciones tendrían que hacerse cargo de los intereses bancarios.

Los teatros públicos, en general, gozan de buena salud, aunque hay casos como el teatro Albéniz, que regenta la Comunidad y que no termina de lograr su deseada reforma.

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