Baviera, la 'tangentópolis' alemana
Los escándalos sacuden a la Unión Socialcristiana, que sufre una fuerte caída de intención de voto
Una serie de escándalos sacuden el Estado de Baviera y dañan el prestigio de los principales dirigentes políticos de la Unión Socialcristiana (CSU), que gobierna en el Estado federado casi sin interrupción desde la creación de la República Federal de Alemania. El caso más reciente involucra al fallecido y legendario líder bávaro Franz Josef Strauss, a quien su tradicional enemigo, el semanario Der Spiegel, acusa de mantener cuentas secretas en Suiza y recibir dinero de un empresario denunciado por evasión de impuestos.El Gobierno bávaro y la CSU replican a las acusaciones con el argumento de que todo es una conjura periodística, orientada a debilitarlos en este año de elecciones federales en Alemania y en el propio Estado de Baviera. Las encuestas registran una fuerte caída en la intención de voto por la CSU, con porcentajes por debajo de su tradicional mayoría absoluta en Baviera.
Un nuevo barbarismo pide paso en el diccionario alemán. Se trata de la palabra española amigo, que estos días es una de las más repetidas en los titulares de la prensa alemana. Amigo se usa en Alemania con una connotación negativa, para expresar una relación escandalosa con políticos y sobornos de por medio. La portada del Der Spiegel del pasado día 4 decía textualmente: "Amigo F. J. Strauss".
Una prueba palpable de la difusión del vocablo es que las empresas encargadas de sondeos demoscópicos no dudan en preguntar a los encuestados sin más aclaración: "¿Cree usted que las posibilidades electorales de la CSU han empeorado por el asunto de los amigos?".
La portada de Der Spiegel estaba dedicada a "cómo el empresario Zwick untó a la CSU". La revista apareció con una foto de Strauss sonriente al lado de Eduard Zwick, un médico que hizo fortuna con un balneario en Baviera, hasta llegar a ser conocido como el rey de los balnearios. Todo parece indicar que Zwick se dedicó durante años a hacer favores, contantes y sonantes, a sus amigos socialcristianos bávaros, y, al mismo tiempo, aprovecharse para cometer la mayor evasión fiscal de la historia de este land. La deuda actual de Zwick, quien vive refugiado en Suiza, asciende a 73,8 millones de marcos (más de 6.000 millones de pesetas).
Conexiones fatales
Las conexiones con Zwick han resultado fatales para varios dirigentes de la CSU que han visto arruinarse su carrera política. El caso más reciente es el de Gerold Tandler, ex ministro de Hacienda de Baviera, a quien se acusa de haber llegado a un acuerdo con Zwick para permitirle saldar sus deudas fiscales mediante un pago de 8,3 millones de marcos (menos de 700 millones de pesetas). El problema, para Tandler, es que se descubrió que había recibido de Zwick un crédito de 200.000 marcos y un aval de medio millón de marcos.En el tira y afloja de Zwick con las autoridades bávaras el hijo del médico fugitivo ha dado con sus huesos en la cárcel, lo que ha irritado al padre. Desde su refugio, al lado del lago Lugano en Suiza, Zwick ha contado a Der Spiegel como asesoro a Strauss para abrir, cuentas en Suiza y asegura que en ellas deben encontrarse algunos millones de francos. Sus declaraciones indignaron a los hijos de Strauss que las consideran una campaña de difamación contra su difunto padre. La hija de Strauss, Monika Hohlmeier, secretaria de Estado en el Ministerio de Educación de Baviera, salió en defensa de su padre y atacó a Zwick, quien no dudó en advertir: "La joven dama debería pensar bien lo que dice, porque de lo contrario yo tendría que plantear algunas preguntas que la podrían poner en dificultades".
La corrupción ha sido tema central de los programas televisivos dominicales de debate. La primera cadena pública (ARD) le planteó la pregunta de si existe una situación italiana en Baviera". La cadena privada Sat 1 presentó al hijo de Strauss Max Josef, quien acusó a Der Spiegel de intentar ensuciar la memoria de su padre y realizar un ajuste de cuentas con él después de muerto. El editor y propietario del semanario, Rudolf Augstein, respondió con un artículo titulado Berlusconi alemán, en el que niega que tenga intención de imitar al nuevo político italiano.
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