El Gobierno de Guatemala y la guerrilla se reunirán en Noruega para negociar el fin de la guerra civil
Oslo, la capital noruega, va a ser escenario de una segunda negociación de paz tras auspiciar en 1993 las conversaciones entre la OLP e Israel. El próximo mes, representantes del Gobierno y de la guerrilla guatemalteca se reunirán para intentar alcanzar un acuerdo que permita firmar la paz y poner fin a una cruenta guerra civil que sacude a ese país centroamericano desde hace 33 años y que ha ocasionado más de 100.000 muertos. El acuerdo parcial para impulsar los derechos humanos, alcanzado en México en marzo, ha incrementado el optimismo de ambas partes.
El escenario se ha cuidado al máximo. Gobierno y guerrilla guatemaltecos se reunirán, bajo la mediación de Naciones Unidas, en la misma casa, situada en los bosques que rodean Oslo, en la que los mediadores israelíes y palestinos se encontraron secretamente para preparar los términos del acuerdo histórico firmado en septiembre de 1993 en Washington. El viceministro noruego de Exteriores, Jan Egeland, aseguró ayer que las conversaciones incluirán el que hasta ahora se ha mostrado como el principal escollo para la paz: qué hacer con el pasado. El debate entre investigar y depurar responsabilidades u olvidar los desmanes y empezar de nuevo ha impedido hasta ahora el acuerdo en los intentos anteriores.
"Habrá negociaciones serias y pensamos que existen grandes esperanzas de que se pueda alcanzar algún tipo de acuerdo en el mismo mes y que la Firma definitiva de paz se logre antes de final de año", aseguró.
100.000 personas han perdido la vida y otras 40.000 han desaparecido en los más de 30 años de cruenta guerra civil en Guatemala, la más antigua de América Latina. La represión, la injusticia social y el hambre, llevó en los años sesenta a un levantamiento guerrillero.
El principal problema, una vez que se firme la paz, será la puesta en práctica de los acuerdos alcanzados en la mesa de negociaciones. Como ocurre en el caso entre Israel y la OLP. "Yo creo que una cuestión es alcanzar compromisos y otra muy distinta, llevarlos a la práctica", reconoce el viceministro noruego.
Este país nórdico ya fue anfitrión de una ronda de conversaciones entre el Gobierno y la guerrilla en 1990 cuando ambos decidieron romper la inercia de la guerra e iniciar el camino de la paz. Egeland asegura que desde entonces, la mediación de las Naciones Unidas ha permitido mantener abiertas las expectativas para poner fin a la guerra civil y evitar qué la ausencia de avances importantes interrumpiera todo el proceso negociador.
El pasado mes, en México, el Gobierno y la guerrilla guatemaltecos alcanzaron un importante acuerdo marco para mejorar el respeto de los derechos humanos en el país. Este pacto puntal en un asunto sensible ha reforzado las esperanzas de la posibilidad de un acuerdo más amplio.
Aunque Noruega ha estado detrás del proceso negociador inaugurado en 1990, el viceministro de Exteriores, dice que no es comparable el papel de su diplomacia en este caso con el que desarrolló entre israelíes y palestinos.
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