El VIH puede ser causa directa de cáncer
El virus del sida puede causar cáncer, al desencadenar la formación de ciertos tumores, según las pruebas obtenidas por investigadores estadounidenses y publicadas ayer en la revista Cancer Research. La relación del virus VIH con el cáncer se explicaría por su inserción en el material genético de una célula, en el que activaría un gen capaz de causar el cáncer (oncogen).
El director del estudio, Michael McGrath, de la universidad- de California en San Francisco, ha señalado que en cuatro pacientes de sida que padecían un tipo especial de linfomas, un cáncer del sistema inmune, encontró que el virus se había insertado en el material genético de las células muy próximo al oncogen.
Otros científicos han señalado que aunque se pueda probar esta relación el número de tumores producido directamente por el virus es muy pequeño respecto a la devastación que causa. Carlo Croce, experto en linfomas, señaló que el descubrimiento puede ser de interés para los investigadores, ya que hasta ahora se ha podido probar que un virus causa cáncer sólo en animales, pero que el interés clínico de esta relación será mínimo.
En muy pocos linfomas
Los enfermos de sida tienen una probabilidad de un 30% de padecer linfomas y en prácticamente todos los casos el VIH no se encuentra en las células cancerosas. Los linfomas surgen porque el virus ataca el sistema inmune, señala Croce. Para otro experto, Bernard Polesz, el tema es interesante desde un punto de vista científico, ya que el cáncer producido por la inserción directa del VIH en el material genético de la célula es infrecuente y no es causa de alarma. El VIH es un retrovirus, un tipo de virus que se inserta en el material genético de las células, pero normalmente en lugares aleatorios. Por eso, a McGrath le parece extraño que en los casos observados el virus se haya insertado en el mismo sitio, justo al lado de un gen canceroso inactivo. "La probabilidad es de una en millones" afirma. Piensa más bien que hay algo que atrae al virus hacia esa zona del genoma.
De hecho, los retrovirus pueden causar cáncer en pájaros de esta forma y los científicos habían especulado con la posibilidad de que pudiera pasar lo mismo en humanos. Cuando empezaron a utilizar retrovirus para insertar genes extraños en células de pacientes de terapia genética, su preocupación era que causaran cáncer. Pero, según Poiesz, esto no ha pasado hasta ahora en ningún caso, ni tampoco en experimentos en animales.
Tanto Croce como Poiesz creen que son necesarios nuevos análisis para confirmar que el virus insertado es la causa del cáncer y no una coincidencia. Poiesz también señala que sería importante ver si las variantes de VIH de los cuatro pacientes resultan ser más susceptibles de insertarse cerca del oncogén que otras variantes del virus.
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