Lujo de pega

Un total de 23 vecinos de Alcorcón (140.000 habitantes) han demandado judicialmente a Urbanizaciones Universales y a Jardines y Viviendas por estafa. Más de 80 viviendas en la zona de Los Castillos no se ajustan a lo que sus inquilinos pagaron hace dos años: 32 millones por un chalé de lujo y entre 15 y 27 millones por piso.En ningún caso se cumplió la memoria de materiales: ni el parqué era de roble, ni todas las ventanas tenían climalit (vidrio especial que aísla del calor y del frío), ni las escaleras eran de mármol, ni los armarlos de madera barnizada, ni la puerta blindada...

Algunos protestaron a la promotora, que les fue parcheando los desperfectos, y otros (23 vecinos hasta la fecha) han denunciado a las empresas citadas. Por su parte, la Dirección General de Consumo de la Comunidad de Madrid ha abierto un expediente sancionador contra Urbanizaciones Universales.

Elena Sánchez, directora comercial de las citadas promotoras inmobiliarias, asegura que los cambios en la memoria de calidades "siempre se han hecho para mejorar las mismas" y que "lo que quieren los vecinos es dinero, no mejoras".

Los vecinos también denuncian fallos en la estructura de sus viviendas. Jesús Mora Fernández, propietario de un chalé en la calle Los Nardos (uno de los 18 que construyó Urbanizaciones Universales), ha visto en más de una ocasión cómo se le inundaba su garaje por no tener la inclinación suficiente para evacuar el agua. "Tampoco impermeabilizaron el jardín que da a la pared del garaje. Un día vino un técnico, clavó un trozo de tubería en la pared y sacamos más de cinco litros de agua", explica María José, su esposa.

Algo peor lo pasó la familia de otro chalé de la misma calle (uno de los 14 que levantó Jardines y Viviendas), que prefiere permanecer en el anonimato y que ha denunciado a la promotora. Una noche de lluvia las tablas del parqué rompieron filas y levantaron la cama del matrimonio un palmo del suelo.

Los problemas de los 32 chalés se repiten en los 48 pisos de Urbanizaciones Universales. Además, la insonorización de las tuberías del desagüe deja bastante que desear. "Cuando tiras de la cadena en el tercer piso, lo oyen los del segundo y los del primero", explica Jafet Regatero, otro de los vecinos afectados.

La valla que rodea las viviendas ya se ha caído varias veces: "Sólo tiene un ladrillo de medio pie en la base y no se sujeta", dice Antonio. En su casa, como en todas, la salida de humos de la caldera tiene un diámetro de 12,5 centímetros y le pusieron un tubo de 10 centímetros. Las tomas de agua de la lavadora y el lavavajillas están justo encima de los enchufes, "cuando la ley obliga a que estén a los lados para evitar cortocircuitos", dice Antonio.