Ocho israelíes muertos y 40 heridos en un atentado suicida de Hamás con un coche bomba contra un autobús

Ocho israelíes perecieron ayer en un huracán de fuego y metralla cuando un Opel azul, cargado con unos 75 kilos de explosivos, se estrelló contra un autobús, en un ataque suicida que vino a concretar las amenazas devenganza palestina tras la matanza de Hebrón. Por lo menos 40 personas resultaron heridas en el atentado, en la calle principal de Afula, en el norte de Israel, a unos ocho kilómetros de Armajedón, dijo la policía. Un hombre que llamó a una agencia internacional de noticias en Jerusalén dijo que el ataque fue obra de las Brigadas Ezzedín al Kassam, el brazo armado del movimiento islámico Hamás, que ha jurado vengar la muerte de más de treinta palestinos asesinados a manos de un colono judío.

"Las operaciones suicidas aumentarán en los próximos días dijo el mensaje, que identificó al chófer suicida como Raed Zakarneh, de 19 años y oriundo de la aldea de Qabatiyelí, en la Cisjordana ocupada. El coche bomba estalló a mediodía cuando un autobús recogía pasajeros en una atestada estación cerca de dos escuelas. Las bajas podrían haber sido aún más numerosas si el ataque se hubiera producido a la salida de los escolares. La violencia de la explosión catapultó cadáveres mutilados por toda la calle. El volante de autobús fue hallado a 30 metros.Inmediatemente después del ataque, la policía destacó refuerzos en las aldeas palestinas vecinas en previsión de represalias de israelíes enardecidos que gritaban "¡Muerte a los árabes!". El atentado de Afula, 64 kilómetros al norte de Jerusalén, puso de manifiesto los ángulos vulnerables del formidable aparato de seguridad israelí dentro del Estado propiamente dicho.

Las fuerzas de seguridad había sido puestas en estado de alerta máxima desde la matanza de Hebrón. Pero pocos se esperaban un golpe dentro del territorio israelí. Ataques contra colonias judías o instalaciones militares dentro de los territorios ocupados parecían las opciones más probables. Según la policía, el coche bomba llevaba matrícula israelí, probablemente robada.

El ataque coincidió con el término del período de 40 días de duelo musulmán decretado tras la matanza de la mezquita de Hebrón.

Portavoces oficiales se abstuvieron de comentar la reivindicación telefónica, pero un funcionario de la policía dijo que "no existe duda de que hay una conexión con los sucesos de Hebrón". Funcionarios israelíes dijeron que la matanza de Afula, sin embargo, no tendrá impacto sobre el proceso de paz entre Israel y la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) de Yasir Arafat. El portavoz del Gobierno, Uri Dromi, declaró: "Los actos de terrorismo no detendrán el proceso de paz por cuanto ello solo beneficiaría a los enemigos del proceso".Mantener las apariencias

Lo que sí retrasó ayer la aplicación del acuerdo de autonomía palestina en Gaza y Jericó eran detalles logísticos y el afán israelí de mantener las apariencias. Representantes de la OLP boicotearon una ceremonia de entrega de llaves de un cuartel de policía en Gaza alegando que no existía coordinación para dicho acto. Rashid Abu Shebak, uno de los tres responsables de seguridad de la OLP, dijo que "no hay órdenes para recibir el inmueble y la ceremonia deberá realizarse dentro de algunos días debido a diferencias surgidas en El Cairo".

Negociadores palestinos e israelíes intentaban anoche superar los obstáculos que impiden el desplazamiento del primer contigente policial palestino hacia Gaza y Jericó. Todavía se negocia el tamaño de la fuerza y la cómo será desplazada.

En Gaza y Jericó soldados israelíes continuaban ayer con la febril tarea de desmantelar instalaciones militares ante la mirada pasiva de muchos palestinos. "En Gaza no habrá retirada, sino un mero repliegue", comentó en una entrevista Mahmúd Zahar, un médico que figura prominentemente entre los ideólogos del Hamás.

"Lo que nadie parece haber comprendido todavía es que los israelíes seguirán controlando un 40% del territorio de la franja", añadió aludiendo a la decisión israelí de mandar a sus tropas a nuevos campamentos para proteger las colonias judías en Gaza.

Javier Solana, ministro español de Exteriores, en gira por Oriente Próximo, condenó en Beirut el atentado de Afula: "Estamos contra las matanzas y cualquier tipo de violencia", dijo. Solana añadió que "España puede desempeñar un papel importante en el proceso de paz". Una perspectiva que al parecer comparte Yasir Arafat, que mantuvo una entrevista en El Cairo con el ministro español. Durante su encuentro, Arafat planteó la posibilidad de que España aporte observadores que participen en la fuerza internacional que velará por la seguridad de los palestinos en la ciudad de Hebrón. Según fuentes palestinas, España podría cubrir el cupo previsto para los observadores italianos, si se retrasara el despliegue de los mismos, informa France Presse. Solana también se entrevistó con el presidente egipcio, Hosni Mubarak, antes de viajar a Beirut, la capital de Líbano.