La tela remonta el vuelo

El textil respira optimismo. Las exportaciones en el primer trimestre del año crecieron el 30% respecto al mismo periodo de 1993 -según asegura el Consejo Intertextil-, y la demanda y el consumo interior iniciaron una tímida recuperación. El textil español, con 8.000 empresas en el mercado nacional, expresa una gran cautela al evaluar el año 1994. Sin embargo, los datos muestran que la recuperación empezó el pasado año, con un aumento de las exportaciones en un 30% y la reducción del déficit comercial en más de 100.000 millones de pesetas. Las centrales sindicales exigen que se frene el continuo goteo del empleo con una política conjunta y reclaman más apoyo de las administraciones. El secretario general de la Asociación Industrial Textil del Proceso Algodonero (AITPA), Salvador Maluquer, compara la actual situación del textil con la de "un enfermo que ha estado en la UVI durante un largo periodo y acaba de abandonarla". El máximo responsable de AITPA, asociación que agrupa a 250 empresas y exporta por un valor superior a 70.000 millones de pesetas, es moderadamente optimista: "No habrá una reacción clara hasta que el consumo se consolide en el interior", aunque reconoció que "hay indicadores de una recuperación gracias al crecimiento de las exportaciones".

El presidente del Consejo Intertextil Español -patronal del sector-, Jaume Valls, transmite un mensaje de optimismo a los empresarios. "Este año' va a ir mejor que el pasado porque las exportaciones crecen a buen ritmo y la demanda interior empieza a mostrar síntomas de recuperación". "Pero el sector", agrega, "también tiene grandes temores, como la morosidad o la amenaza de la competencia de los productos procedentes de los países asiáticos".

Los sindicatos desconfían del optimismo de la patronal española, originado por el fuerte tirón de las exportaciones y la moderada reactivación de la demanda interna. El secretario general de la federación textil-piel de Cataluña de CC OO, Ramón Puiggrós, es tajante: "Creemos que la reactivación gracias a la exportación es positiva, pero no se traducirá en un freno a la destrucción de empleos si no apostamos por una política sectorial".

Fuentes consultadas del sector explican que la tempestad de los últimos cinco años empieza a apaciguarse. "Se ha producido una cierta reactivación, por lo que en general el empresariado del textil respira esperanza". Las mismas fuentes añaden: "Aunque tenemos una cierta impresión de que los precios son artificiales y que el producto que vendemos no sabemos nunca cuándo lo vamos a cobrar. Además, tenemos los productos asiáticos en casa y dudamos de que la aprobación del acta final de la Ronda Uruguay, el próximo 15 de abril, abra las puertas de sus mercados".

El textil ha atravesado una sangría de suspensiones y quiebras en los últimos cuatro años que han afectado a 431 empresas. En 1989, las cifras no superaban los 9.000 millones de pesetas. Tres años después se superaron los 65.000 millones de pesetas. El año pasado se rebajó esta cifra a 40.000 millones de pesetas.

Los expertos consultados explican que el último ejercicio ha sido el punto de inflexión gracias al crecimiento de las exportaciones en un 28%, hasta alcanzar un record de 320.000 millones de pesetas. En cuanto a la pérdida de puestos de trabajo, el balance de los últimos 12 años muestra que el textil español ha perdido 200.000 empleos y la patronal prevé que se perderán 20.000 puestos de trabajo en los próximos años. Las importaciones se redujeron en el 7%, el déficit comercial retrocedió por primera vez desde la entrada en la CE -en el 32%- y se situó en 238.000 millones frente a los 350.000 millones de pesetas en 1992, según reflejan datos del Centro de Información Textil (CITYC).

Al problema del empleo empieza a sumarse, en opinión de los sindicatos, el proceso de sus sustitución de antiguas empresas productoras por comerciales y distribuidoras. "Cada vez hay más distribuidoras que han dejado de forma total la producción industrial", coinciden en señalar la Unión General de Trabajadores y Comisiones Obreras.