El turismo musical invade Silos
El éxito gregoriano provoca la avalancha de visitantes al monasterio benedictino
"Esto va a ser la guerra", pronostica orgulloso Emeterio Martín, alcalde de Santo Domingo de Silos, de cara al puente de Semana Santa. La tranquilidad que recorrió durante siglos las calles de este pequeño pueblo burgalés se verá rota por la avalancha de visitantes que aprovecharán estas vacaciones para dejarse envolver por el misticismo del canto gregoriano. Los monjes del monasterio benedictino, famosos ya internacionalmente después de que el álbum Las mejores obras del canto gregoriano batiera récords de ventas en todas las listas y consiguiera varios discos de oro y platino, cantarán cada día para los turistas atraídos por el boom del sonido religioso medieval.Las 150 plazas de los dos hoteles y los dos hostales del pueblo están reservadas desde hace varios meses, así como las habitaciones que alquilan algunos vecinos a turistas interesados en vivir los oficios religiosos de la Semana de Pasión en este rincón de la provincia de Burgos. El propio monasterio cuenta con una hospedería con 22 habitaciones. Los afortunados que han conseguido plaza en el cenobio pagan 2.200 pesetas por día, con derecho a la comida que prepara el monje encargado de la cocina. Sólo hombres pueden vivir dentro del monasterio. Son en su mayoría profesionales de la banca, médicos, sacerdotes y algunos estudiantes, según datos recopilados por el padre Moisés, responsable de la hospedería. Dentro de unos dos años Silos contará con otra, situada a unos 300 metros del monasterio, a la que podrán acudir mujeres, cuando acabe la rehabilitación del convento de San Francisco, del siglo XVIII.
Aunque es difícil concretar las cifras, desde hoy y hasta el domingo este pueblo de 320 habitantes recibirá la visita de más de 6.000 personas. Muchas de ellas han tenido que buscar alojamiento en otros puntos de la provincia, como Aranda de Duero, Lerma y Covarrubias.
Siempre la Semana Santa ha provocado un aluvión de visitantes en Silos, pero este año, a raíz del éxito de ventas obtenido en España y en países como Italia y Japón por el disco de gregoriano, hay muchos más curiosos interesados en escuchar en vivo las voces de los monjes. El pasado Domingo de Ramos muchos no pudieron entrar en la iglesia, abarrotada media hora antes de empezar la misa. El alcalde también tiene sus quejas: "Todo el mundo quiere venir los mismos días y a las mismas horas, y luego llega el lunes y aquí no queda nadie". El alcalde calcula para este año un 20% más de visitantes.
Sin embargo, el monasterio, excepto la iglesia, permanece cerrado al público durante estos días para no romper el recogimiento de sus 35 monjes. Los turistas y periodistas de numerosos países que llegan desde hace semanas no han conseguido perturbar la paz interior del monasterio, donde los monjes continúan dedicados a la oración.
Pasada la Semana Santa, la tranquilidad volverá a Silos, pero sólo durante unos días. A finales de mes, los Reyes acudirán a esa localidad para clausurar un congreso de academias de la lengua española.
Por otro lado, los jóvenes cantores de la Escolanía del Valle de los Caídos, en Madrid, ofrecen cada día un recital a las once de la mañana, y aunque, según asegura su director, el benedictino Laurentino Sáenz de Buruaga, todavía no han visto un espectacular aumento del público, sí han recibido numerosas llamadas para saber si lo que ellos cantan es también gregoriano. Aprovechando el tirón de la música religiosa, en breve estos 50 niños de entre 10 y 14 años, "escogidos por su buena voz y buen oído", como explica el director, publicarán a su vez un disco, informa Luis Esteban.
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