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Entrevista:

"Rusia es el mercado de Crimea"

Yevgueni Sabúrov, el nuevo jefe de Gobierno de la república autónoma de Crimea, que forma parte de Ucrania, nació hace 48 años en Yalta y pertenece a la nueva hornada de políticos que surgió en las postrimerías de la perestroika. Pero aún entre ellos es un político poco común: poeta, matemático y economista, nunca perteneció al Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS) ni ingresó en otro cuando concluyó el monopolio comunista. Creyente ortodoxo, fue bautizado en 1968, cuando profesar abiertamente el cristianismo era un desafío al régimen soviético. Sabúrov fue, en la primavera 1991, uno de los principales ideólogos y autores del programa económico que sirvió de base a la plataforma electoral de Borís Yeltsin, cuando éste se presentó como candidato a la presidencia de Rusia. Luego fue viceprimer ministro de Rusia y titular de Economía. Yuri Meshkov, tras su triunfo en las elecciones presidenciales de Crimea, le ofreció la jefatura de Gobierno, que Sabúrov, para sorpresa de muchos, aceptó. Según él, la filia de Crimea hacia Rusia y el rechazo de Ucrania tiene más motivos económicos que políticos.La situación económica en Crimea "es catastrófica", asegura Sabúrov, y la culpa la tienen los actuales "dirigentes comunistas" de Ucrania. Sin embargo, desmiente que Crimea quiera independizarse y que exija una revisión de las fronteras. "Eso encierra el peligro de un derramiento de sangre", dice. "Lo que sí deseamos es autonomía económica". A pesar de las tensiones que existen entre Kievy Simerópol, Sabúrov no cree que la situación política pueda deteriorarse hasta estallar en un conficto armado, como ha sucedido en otros lugares de la desaparecida URSS.

"Las posibilidades de enfrentamientos armados son mínimas. aunque no se puede asegurar que no ocurran, ya que, como demuestra la historia reciente, el hombre tiene algo de irracional en su comportamiento. Pero Crimea no es el Cáucaso. Los crimeanos tienen puestos los ojos en Europa y sólo quieren tener un buen nivel de vida", explica. Más que las elecciones al Parlamento local y el referéndum de mañana, lo importante son los comicios al Parlamento de Ucrania, también de mañana, piensa Sabúrov, quien tiene esperanzas en que "la población vote en contra de los comunistas".

Acuerdo imposible

"El actual Gobierno ucranio actúa con mucho nerviosismo, no sabe lo. que quiere y surgen tensiones por motivos ridículos", se lamenta. "Es completamente imposible llegar a un acuerdo con Kiev, porque luego no cumple lo acordado", dice Sabúrov, que se queja de que Ucrania no quiere ver "la mano que le ha tendido Meshkov".Las crimeanos están sumamente descontentos con la política de Kiev, pues ven en ella la causa de sus males. "El nivel de vida de la población de Crimea es muy bajo, pero las potencialidades de la península son muy altas. Por lo tanto, debemos concluir que alguien es culpable de la actual situación. El problema es que la economía de Crimea está ligada a Rusia. Se trata de un hecho objetivo: el mercado de venta de la producción de Crimea, mercancías y servicios, es Rusia", asegura Sabúrov. Mientras tanto, Kiev, con barreras aduaneras y una política tributaria miope, ha aislado a Crimea de este mercado donde vendía su trigo, sus verduras, su vino... Los consumidores de los servicios turísticos también eran los rusos: "Todo el Norte de Rusia antes veraneaba en Crimea".

"Por eso, la orientación de Crimea hacia Rusia no es una cuestión política, sino económica", señala.

Otra acusación que hacen los crimeanos a los dirigentes ucranios es que ellos "continúan siendo comunistas y, de hecho, no realizan ninguna reforma". "Ahora se suele decir que allí donde los demócratas han llegado al poder, el nivel de vida cae, Pero el ejemplo de Ucrania muestra que el descenso del nivel de vida no es consecuencia de las acciones de los demócratas: el Gobierno ucranio no es demócrata y no ha realizado reformas, pero la caída del nivel de vida ha sido incomparablemente mayor que en Rusia", declara.

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