El Gobierno saca adelante la reforma laboral con el respaldo de sólo el 52% de la Cámara

La reforma laboral se aprobó ayer en el Pleno del Congreso con los votos del partido socialista y de los nacionalistas, catalanes y vascos. En suma, cuenta con un apoyo real del 52% de la Cámara, un respaldo diferente de (a votación que se realizó una semana antes dé la huelga general del 27 de enero -en contra de esa reforma-, cuando el 90% de los diputados rechazaron las enmiendas a la totalidad de Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya y Coalición Canaria. El primer grupo de la oposición, el PP, se abstuvo en la votación de la Ley de Medidas Urgentes de Fomento del Empleo, por la que se crean los contratos de aprendizaje, y apoyó sólo una parte de la reforma del Estatuto de los Trabajadores.

Las alianzas fueron diferentes para aprobar la nueva normativa de elecciones sindicales. Ahí el PSOE tuvo que apoyarse básicamente en los votos de IU y del Grupo Canario, ante la radical oposición de Convergència i Unió y el Partido Popular al texto pactado por el Gobierno y los dos sindicatos mayoritarios, CC 00 y UGT, el único acuerdo que han logrado en los cuatro últimos años.La reforma del Estatuto de los Trabajadores, y dentro de ella la nueva regulación de la negociación colectiva y del despido, tuvo el apoyo del PSOE, CiU y, en parte, del PNV. El PP pidió que se desglosase la votación del articulado y apoyó también una parte de la norma y se abstuvo en otra.

Con el apoyo del partido socialista, CiU ha conseguido que no se considere fraude de ley el despido en trimestres sucesivos de un número de trabajadores por debajo de los umbrales que marca el proyecto -el 10% de la plantilla- si las causas alegadas son diferentes en cada periodo de 90 días. En la movilidad geográfica no será precisa la consulta a los representantes de los trabajadores si afecta a una cifra inferior al 10% de la plantilla. Además, no se considerará despido colectivo el que afecte a toda la plantilla de empresas con cinco trabajadores o menos.

Por su parte, el proyecto de ley de Medidas Urgentes de Fomento de la Ocupación se aprobó por fin, después de la

paralización que sufrió el día 10 en el denominado Pleno del escándalo, en el que el PP denunció. irregularidades en las votaciones. La norma ha sido enviada desde la Cámara baja al Senado con 177 síes -PSOE, CiU y PNV-, 24 noes -IU, CC y Esquema Republicana- y 134 abstenciones -pp-.

Por el contrario, la nueva normativa de elecciones sindicales requirió alianzas diferentes y un debate desgajado del resto, pese a que forma parte de la reforma del Estatuto de los Trabajadores. Rafael Hinojosa, por CiU, y Celia Villalobos, del PP, criticaron duramente el texto pactado por el Ministerio de Trabajo y los dos sindicatos

mayoritarios, CC 00 y UGT. Los dos diputados aseguraron

que atenta contra la libertad sindical y viola los derechos de los minoritarios. Los puntos a los que se oponen con especial énfasis son que los denominados sindicatos más representativos fijan el calendario electoral, que la Administración reduce su papel en el proceso y se limita al registro de los resultados electorales, que el periodo de cómputo de los comicios se extiende de 3 a 18 meses, y que se elimina la proclamación oficial de resultados.

La normativa electoral fue el detonante de la anécdota del día. La votación como norma orgánica del apartado que prorroga el mandato de los delegados sindicales obligó a asistir a esa parte de la sesión a todo el Gobierno, incluido su presidente, Felipe González, porque necesitaba el apoyo de la mayoría absoluta de la Cámara (176 votos) y no sólo de los presentes.

Faltaron cinco

Pese a la advertencia de Carlos Solchaga a los parlamentarios del PSOE para que ninguno faltase a la sesión, cinco diputados socialistas no se personaron, según el acta oficial. Pero aun sin ellos los síes fueron 180, cuatro más de los necesarios, ya que el PSOE consiguió el apoyo de los 18 diputados de IU, 3 del Grupo Mixto (Albístur, Lizondo y Rahola) y los 4 del PNV (Zabalía y González de Txavarri) y de Coalición Canaria (Olarte y Mauricio).Con estos votos fueron derrotadas las enmiendas de los populares y del Grupo Catalán, que pretendían anular el párrafo de la normativa por el que los delegados sindicales con mandato prorrogado seguirán desarrollando su papel habitual en las empresas, aunque no serán computados para definir los sindicatos más representativos.