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A punto de entrar en funcionamiento el primer reactor japonés que consume plutonio

El programa nipón pone en un brete a EE UU en su conflicto con Corea del Norte

El reactor nuclear rápido japonés Monju entrará en funcionamiento el próximo mes en una zona costera junto a la ciudad japonesa de Tsuruga. Es el primero de una serie de reactores que utilizan plutonio como combustible y por los que apuesta Japón para la autosuficiencia energética. A ellos están destinados los cargamentos de esta sustancia altamente tóxica y radiactiva que compra Japón a países europeos, procedente de las centrales nucleares. Su entrada en funcionamiento quita fuerza a EE UU en su intento de evitar que Corea del Norte produzca plutonio.

Los reactores rápidos japoneses, de los que Monju es el primer prototipo industrial, es un modelo técnicamente menos avanzado que el Superphenix francés, cuyo funcionamiento acaba de ser autorizado por el Gobierno de ese país tras haber permanecido parado varios años por problemas técnicos.Los reactores rápidos (breeder, en inglés) no sólo utilizan plutonio como combustible sino que también pueden convertir uranio en más plutonio del que consumen, por lo que se denominan también superregeneradores. El exceso de plutonio se puede utilizar a su vez como combustible en un ciclo teóricamente muy rentable. Sin embargo, la tecnología presenta muchos riesgos y problemas políticos. El plutonio es una sustancia mucho más tóxica y radiactiva que el uranio y, en el grado de pureza necesario para los reactores rápidos, es directamente utilizable en la fabricación de bombas atómicas.

Estados Unidos ha mantenido una posición ambigua respecto al programa japonés de reactores rápidos, que nació en los años cincuenta y ha sufrido bastantes retrasos. De hecho Washington es suministrador de uranio a Japón y podría haber vetado esta línea de investigación, pero no lo ha hecho. Ahora, Estados Unidos se encuentra con dificultades al intentar bloquear el programa de Corea del Norte para producir plutonio por el caso japonés.

En el reactor de Monju se está procediendo a construir el núcleo de pastillas de plutonio rodeadas por uranio. Cuando esté terminado el núcleo, en abril, se iniciará la reacción en cadena durante la que neutrones rápidos, no moderados por grafito o agua pesada como en los reactores de uranio, rompen núcleos de uranio para dar lugar a una cantidad de calor cuatro veces superior a la de los reactores de uranio. El reactor, de 280 megavatios de potencia, producirá 1,2 toneladas de plutonio por cada tonelada consumida.

Sobre un león

Su nombre, Monju, es el de una figura budista que simboliza la sabiduría, que permanece sentada en calma y en completo dominio sobre un terrorífico león. Con este bautismo se reconocen los riesgos de esta tecnología, agravados por el combate diplomático actual y los problemáticos excedentes de plutonio procedentes del desmantelamiento nuclear con el final de la guerra fría.

"Nosotros pensamos a un plazo de 30 ó 50 ó 100 años", explica Tadao Aoki, un alto cargo de la empresa pública que explota el Monju. "Ahora hay demasiado plutonio, pero eso es un problema que durará 10 años como mucho". Los críticos no están de acuerdo: "Este reactor tiene la posibilidad de explotar como una bomba nuclear, porque la densidad del material fisible en el núcleo es muy alta", señala Jinzaburo Takagi, un químico nuclear que se opone al programa japonés. "También, como utiliza sodio como refrigerante, en vez de agua, se puede producir una explosión de sodio". Fueron problemas con el sodio los que causaron el cierre del reactor francés Superphenix.

Japón es el único país que mantiene un programa activo, aunque con múltiples retrasos, de reactores rápidos. EE UU suspendió el suyo en la década de los setenta.

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