La Fura dels Baus muestra su rebeldía en la entrega de los Premios Nacionales de Cultura

Con una referencia al alto nivel creativo de todos los galardonados, la ministra de Cultura, Carmen Alborch, entregó ayer los Premios Nacionales de su ministerio correspondientes a 1993. En un acto celebrado en el Auditorio Nacional de Madrid, Alborch destacó también que los premios los habían obtenido aquellos autores que los propios artistas habían elegido. Veintecreadores fueron galardonados en los 13 apartados artísticos que forman los premios nacionales de Cultura, que en esta edición tuvo en La Fura dels Baus la reivindicación de la protesta.

La Fura dels Baus aprovechó ayer el acto de entrega de los Premios Nacionales del Ministerio de Cultura para ensayar un número teatral mucho más tranquilo que los que suele poner en marcha en los espectáculos por los que en 1993 mereció el galardón nacional que ayer recogió uno de sus representantes. Miquel Badosa, encargado de representar al grupo en la entrega, recogió el diploma y luego se dirigió a un fotógrafo de los presentes entregándole un misterioso papel, en medio de una intriga compartida por el público que llenaba el Auditorio Nacional de Madrid, por los premiados y por la propia ministra, Carmen Alborch, que preguntaba a su subsecretario, Enrique Linde, qué podía decir aquel documento. Por otra parte, fue un acto familiar que congregó a escritores, filósofos, músicos y toda clase de artistas en una celebración tradicional en la vida cultural española.

Documento

El documento entregado por la Fura dels Baus a un fotógrafo -para no "montar el número" en el acto- manifestaba el deseo de este espectacular grupo teatral de que este premio reconociera su actitud crítica y de insumisión, así como el riesgo de las obras que montan. En el mismo documento, que se perdió luego antes de llegar definitivamente a manos de la ministra, se hacía constar la oposición de la Fura dels Baus a la actitud oficial que se mira el ombligo y se dedica a las grandes obras museísticas y operísticas y margina la ayuda real a las nuevas generaciones de creadores.

En el discurso con el que Carmen Alborch valoró estos premios, la ministra manifestaba su esperanza de que estos galardones "justos, benéficos y equilibrados", fueran recibidos como tales por los distintos premiados, todos ellos de con dición diferente. Dijo Carmen Alborch que como decía Montesquieti, el honor es lo que cohesiona las sociedades, y por eso, el Estado honra a sus creadores.

Entre los premiados, se encuentran Carlos Bousoño, José Ángel Valente, Luis Goytisolo, Alfonso Sastre, Antón García Abril, Víctor Erice, José Luis Guarner y Rogelio Andreu Rivels, veterano hombre del circo que recibió la mayor ovación de la jornada.

Luis Goytisolo, que representó en el acto de recogida de los premios a su colega José Angel Valente, enfermo, destacó que el 93 había sido un buen año para la literatura; lo difícil, dijo, es imaginar el futuro, y en ese futuro tenemos que pensar en el niño que va ahora al parvulario y se pasa luego cinco horas ante el televisor. "¿Que novela", se preguntó el escritor, "escribirá ese niño dentro de 20 años?".