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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Africa en el corazón

Todos somos africanos. En épocas más o menos lejanas y con recorridos divergentes, pero partiendo del mismo enclave, se diseminaron los primitivos componentes de la raza humana. Desde el corazón de África, alrededores de Sudán y Etiopía partieron los primeros hombres para irse aproximando a lo que hoy son las cunas de civilizaciones; de civilizaciones, sí, no de razas. Razas no hay más que una, la humana, con variaciones, las que se adquieren por el clima, la cultura, las condiciones de vida, que influyen sobre la morfología humana.Así, cuando una ideología, política o religiosa, sea cual fuere, basa sus argumentos en la raza como distintivo legitimador, está desmoronándose ella sola, al ser falsos sus postulados fundamentales. Que se convenzan los nazis, racistas y asimilados que ellos también tuvieron alguna vez un antepasado africano. No llegaron a Europa, blanquitos y perfumados, desde otra galaxia. Que todos pretendamos ser mejores es admisible, pero sin clasificar como inferiores a los demás.

Parece mentira cómo se puede manipular la verdad científica y hacer que otros crean en la certeza de tales manipulaciones, negándose a admitir toda evidencia que la contradiga. La historia de la ciencia está plagada de lagunas y depresiones, forzada por las creencias a hundirse en el silencio de tiempo en tiempo. La fe no admite oposición, pero tampoco comprobación. Ha de negar intrínsecamente la veracidad de todo aquello que no se adapte a ella misma. Por tanto, es enemiga del cambio, del progreso, de la verdad científica. Podemos afirmar con certeza que a más creencias más ignoranc¡a. En consecuencia, seguimos clasificándonos como blancos y negros, pieles rojas o amarillas, sin tener en cuenta que las mutaciones son infinitas, pero siempre dentro de una misma envoltura, la humana.-

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