Los madrileños son los españoles que mas libros leen al año

Los madrileños son los españoles que más leen, aunque no se llega a la media europea. La relación entre la lectura y los madrileños fue el tema de debate en la mesa redonda que se celebró la tarde del miércoles con motivo de Liber 94. Se aportaron datos a tener en cuenta, como que la industria del libro en España cuenta con 300 millones de usuarios, que son todos los hispanohablantes, o que los madrileños consumen de media 5,6 libros al año (la media nacional está en 3,3).

Participaron representantes de cada gremio: Jaime Lissavetzky, consejero de Cultura de la Comunidad de Madrid; Antonio Muñoz Molina puso la voz de los escritores; representando al gremio de editores estuvo Gustavo Domínguez y a las bibliotecas, Isabel Belmonte, directora de la biblioteca de la UNED. Estuvo también Andrés Sorel por parte de la Asociación de Editores y Alberto Rodríguez de Rivera en representación de los libreros. Entre todos trataron de aclarar cómo, cuánto y dónde leen los madrileños y cuáles son los problemas con los que se enfrenta el sector del libro.El consejero de Cultura aseguró que la Comunidad de Madrid cuenta con 9.000 bibliotecas de aula y que la venta de la mayor parte de los libros que compran los madrileños se concentra en 75 librerías. Jaime Lissavetzky repitió una y otra vez la idea de que el libro y la cultura en general no son sólo una actividad, sino una industria. "Cuando se habla de cultura se piensa que sólo se habla de la difusión, y no se piensa que también es una industria".

El placer de la lectura

Lissavetzky tocó los puntos que aparecieron en más de una intervención: "El papel de la educación y la actuación de las escuelas es fundamental", dijo. El escritor Antonio Muñoz Molina apuntó que en las escuelas se machaca a los niños con la gramática en lugar de hacer hincapié en el placer de la lectura. Lo más importante para él es que cultura, educación e industria caminen juntos.De la coedición -participación de la Administración en las editoriales- Lissavetzky dijo que "es necesario avanzar sin hacer competencia deslea". Para Gustavo Domínguez no se trata del derecho a una subvención por ayudar a la cultura, sino de promocionar a las editoriales con dinero público. Se incidió en la cuestión del precio fijo. Rodríguez defendió a los libreros argumentado que "es necesario someterse a un precio fijado". Y en eso mismo coincidió Domínguez, del gremio editorial. Se habló también de apoyar a las pequeñas librerías y de promocionar a los autores. E incluso se habló de una futura ley del libro.