_
_
_
_
ELECCIONES EN ITALIA

El 'milagro' económico pasa factura en Italia

El país entra con miedo en la austeridad tras largos años de vivir a lo grande

Juan Arias

ENVIADO ESPECIALEl problema de la crisis económica en Italia no es tanto el hoy, aunque la gente empieza a notar el retortijón de una mayor austeridad obligada, sino que lo va a ser el mañana, ya que "con el consenso irresponsable de políticos y sindicalistas nos hemos devorado el futuro", según dice Rodolfo Iannaccone Pazza, catedrático de Economía de la Universidad de Pavía, la segunda más antigua de Italia después de la de Bolonia y una de las ciudades más ricas del país.

lannaccone, que es además alcalde por la Liga Norte de esa ciudad que fuera capital de los, longobardos y que conserva el cuerpo de san Agustín, suena como futuro ministro del autodenominado Polo de la Libertad si Silvio Berlusconi y Umberto Bossi ganan las elecciones. Es también una de las voces nuevas, en el campo académico de la economía. Su análisis es drástico: "Lo que nos espera es un conflicto generacional, porque los jóvenes, sin trabajo, tendrán que alimentar a sus padres, a los jubilados, que ya son casi la mitad de la población y que irán aumentando. Unos padres de quienes van a descubrir que han despilfarrado el capital del país con una economía alegre y que gastaron todo lo que tenían".

Más información
Las contradicciones se encarnan en Turín
El Papa evita pronunciarse sobre la intención de voto en los próximos comicios

Según este catedrático, Italia se está haciendo vieja, ya que en 20 años su índice de natalidad ha disminuido en un 50%. Hoy nacen en este país 1,2 hijos por mujer, cuando el índice de reposición está en 2,1. La mujer entró de lleno en el trabajo cuando en 1977 Italia se convirtió en el primer país que sancionó la total igualdad salarial entre hombre y mujer. Y así no se engendran hijos. Se piensa sólo en el presente y no se proyecta para el futuro. "Yo espero que alguien tenga el coraje de decir con autoridad a los padres: "Os habéis comido el pan de vuestros hijos", sentencia lannaccone. Como botón de Muestra, explica que es de irresponsables y de baja cultura que un pueblo quiera vivir hoy con el nivel de los italianos: con tres coches por familia, dos casas, vestidos de firma, viajes exóticos...

Media muy alta

Giuseppe Roma, director del Centro de Investigación de Problemas Sociales (CENSIS), que ofrece periódicamente la radiografía del país, dice que no se puede hablar en Italia de verdadera pobreza, ni de un voto de la rabia social. Que, sin duda, puede haber casos hasta de miseria en algunas ciudades, sobre todo del sur, pero que en realidad esos seis millones de pobres de los que se habla es gente que está "por debajo de la media de renta nacional". Pero esa media es alta: el 70% posee la casa en propiedad, tiene tres millones de pesetas de ahorro en bonos del Tesoro y gana alrededor de 250.000 pesetas mensuales, sin contar con que es rara la familia donde no entran varios sueldos.¿Y el 10% que no tiene trabajo? Según el director del CENSIS, puede ser pobre si el parado es padre de familia y no tiene otras fuentes de ingresos, pero no los jóvenes, ya que la familia italiana es muy protectora y solidaria. Sólo pasan necesidades los jóvenes que pierden el trabajo y carecen de familia o se les echa de casa, dice el sociólogo Giovanni Prestini, de Voghera (Pavía). Lo mismo que los ancianos solos, con la pensión mínima de 40.000 pesetas.

Lo que sí es verdad, como afirma el sindicato de izquierdas CGIL, con cinco millones de afiliados, es que a los italianos se les está reduciendo la renta. Sobre todo a los asalariados, ya que, por primera vez, en 1993 los sueldos no aumentaron y, por tanto, perdieron en conjunto un 5,3% de poder adquisitivo, la mayor reducción de los últimos 20 años. De ahí lo dura que se prevé va a ser la batalla para la próxima renovación de los convenios de 11 millones de trabajadores. Lo que sí existe es un gran desnivel entre la renta de los trabajadores del norte y los del sur: casi 46,3% de diferencia en la renta per cápita.

Pero si el presente económico no es aún negro, sí empieza a producir preocupación y miedo. Sobre todo miedo a perder el puesto de trabajo a una edad en la que ya se podría quedar fuera para siempre. Una encuesta indica que la mayor preocupación de los ciudadanos es el paro, y la menor, la corrupción.

Ese miedo a perder el trabajo es lo que ha hecho que, tras cinco meses de duras negociaciones, los 16.000 trabajadores de los que se ha desprendido Fiat hayan votado a favor de la solución preparada conjuntamente por empresa, Gobierno y sindicatos. "Han aceptado por miedo y por responsabilidad hacia un futuro incierto", diceVincenzo Scudieri, secretario general de la Cámara del Trabajo de Turín, hombre de izquierdas. Y eso, añade, que los penalizados han sido sobre todo los famosos cuellos blancos, que en 1980 salvaron a Agnelli cuando se echaron a la calle para defenderle.

Pero el garantizarles la jubilación anticipada les ha dado seguridad, según estima Maurizio Magnabosco, jefe de personal de Fiat Auto, un veneciano de 48 años que lleva 30 en la empresa. Magnabosco pasa por ser uno de los hombres con más futuro en Fiat, al estar llevando adelante la revolución de la fábrica integrada que arroja a la historia la todavía vigente cultura productiva taylorista. Tal revolución podría poner de rodillas a Turín, ex capital del reino italiano, que a partir de los años cincuenta, y de la mano de Fiat, se convierte en la mayor ciudad italiana del sur debido a la ingente mano de obra llegada del mediodía pobre.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_