El muro de Berlín cayó, el de Sarajevo se levanta
Los habitantes de la capital bosnia temen que la ONU tolere la división de su ciudad en dos mitades étnicas
Varios centenares de personas acudieron al puente de la Fraternidad y de la Unidad a principios de marzo. Aquí está la línea de demarcación de la parte de Sarajevo ocupada por los nacionalistas serbios. Las tropas de la ONU estaban pensando dar el próximo paso hacia la normalización y abrir el puente al menos para los vehículos, de la ONU y para los miembros de las organizaciones internacionales de ayuda. Sin embargo, la otra parte mostró escaso entusiasmo. El tiempo pasó rápidamente y el brillo de la esperanza se apagó en los ojos de la gente. Una mujer de avanzada edad, cuya antigua casa estaba en la otra zona de Grbavica, al otro lado de la línea, y que desde su nuevo refugio -un edificio medio destruido en la zona bosnia de la ciudad- puede vislumbrarla, no se ha rendido todavía. No se fue hasta que las tropas de la ONU recibieron la orden de marcharse. "¿Qué derecho tienen a sacarme de mi casa?".A pesar del alto el fuego, esta línea fronteriza que atraviesa Sarajevo sigue siendo muy disputada. Por la noche, los habitantes que viven al lado del puente de la Fraternidad y la Unidad se ven sorprendidos por el fuego de las ametralladoras y las granadas, que continúa a pesar del ultimátum de la OTAN. No obstante, a los habitantes de Sarajevo les atormenta ahora la idea de que esta línea fronteriza se haga permanente y se convierta en un muro, en un obstáculo insuperable que separe al pueblo como hizo el muro de Berlín en su momento.
Las declaraciones de la otra parte son de todo menos prometedoras. Según un comandante serbio, cuyo nombre de guerra es Mica, Sarajevo seguirá siendo una ciudad dividida, y la línea de demarcación se convertirá en frontera. Y en conjunto parecía satisfecho, después de que expira se el ultimátum de la OTAN, el 21 de febrero, de que las tropas rusas de la ONU se hubieran trasladado a su parte de la ciudad. "Las tropas rusas nos protegerán de Izetbegovic" [el presidente bosnio], declaró. Radovan Karadzic dejó perfectamente claro en marzo de 1992, incluso antes de que estallara la guerra, que el objetivo de los nacionalistas serbios era la división de la ciudad. En esa época pretendía que la ciudad se dividiera en áreas serbia, croatá y musulmana. Siempre rechazó ásperamente el espíritu de tolerancia y coexistencia pacífica de las diferentes culturas en Sarajevo. "Nunca aceptaremos la división de la ciudad", contestaron los ciudadanos de la zona sitiada de Sarajevo. La propia idea era insoportable a los ojos de gran número de vecinos. El alcalde adjunto, Anto Zelic, incluso hace responsable a la política de la ONU: en su opinión, las tropas de la ONU, especialmente las rusas, han tomado partido por el agresor. Ejub Ganic, miembro de la presidencia del Estado bosnio, cuestiona las razones que se ocultan tras el asentamiento de tropas rusas. "El argumento en contra de las tropas turcas de la ONU fue su parcialidad; en lo que respecta a los rusos, esto jamás se tuvo en cuenta".
En el cuartel general de la ONU se descartan esos temores. "El camino hacia la paz es largo y dificil, pero ya hemos conseguido frenar el fuego de artillería sobre la ciudad", dice el portavoz Bill Aikman. Añadió que Unprofor no tiene intención de permitir que se divida la ciudad.
La paz ha vuelto al puente de la Fraternidad y la Unidad. Ya no es posible acercarse tan siquiera, ya que, según los centinelas bosnios, los francotiradores siguen activos. Los soldados de la ONU se limitan a contemplar el paisaje. Y la anciana dama de la otra parte sigue intentando vislumbrar su antigua casa desde su refugio medio destruido, tal como lo hace todas las tardes.
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