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Un íntimo amigo de los Clinton, obligado a dejar su cargo en el Departamento de Justicia

Antonio Caño

Mientras Bill y Hillary Clinton intentaban ayer concentrarse en problemas de la gravedad del desempleo y la reforma sanitaria, la atención de los medios de comunicación estadounidenses giró, de nuevo, alrededor de los problemas personales que rodean al matrimonio. Un íntimo amigo de los Clinton desde los tiempos de Arkansas, Webster Hubbel, tuvo que presentar ayer su dimisión de un alto cargo del Departamento de Justicia entre sospechas de que tuvo un comportamiento antiético durantes los años en que ejerció como abogado en Arkansas.Aunque el caso no está directamente relacionado con el denomiando escándalo Whitewater, casi todo lo que se mueve en este momento en torno a los Clinton lo está. Hubbel fue compañero de Hillary en la firma de abogados Rose de Little Rock. Tras la victoria electoral de Bill Clinton, se fue a Washington para convertirse en uno de los más próximos amigos del presidente y en su frecuente compañero en las partidas de golf. Coincidiendo con las noticias sobre Whitewater, Hubbel fue acusado de haber cargado excesivas y fraudulentas cantidades de dinero a sus clientes en la firma Rose. La oposición republicana había pedido su dimisión hace varios días. Ayer no pudo resistir por más tiempo las presiones.

Cumbre relegada

En una visita a Boston, poco después de abandonar Detroit, Bill Clinton lamentó la dimisión de su amigo. Pero seguramente lamentó más aún que ese episodio le estropease un día en el que tenía previsto lucirse como promotor de más y mejor pagados empleos para los ciudadanos estadounidenses. Todos los informativos de la televisión relegaron la cumbre de los sietes países más industrializados del mundo sobre el paro a un segundo lugar.

Tampoco Hillary Clinton pudo encontrar paz en su viaje a San Luis para promover la reforma sanitaria. Varias pancartas en las que se le criticaba por falta de ética -incluyendo una desplegada desde una avioneta- esperaban a la primera dama, que tuvo que afrontar por primera vez en los últimos días preguntas sobre su relación con Whitewater.

Hillary Clinton repitió básicamente lo mismo que había dicho antes a las revistas Time y Newsweek. Reconoció que había cometido errores en todo el proceso de la inversión en Whitewater, pero que nunca cometió un sólo delito y que lo único que sacó de esa operación fueron unas pérdidas de más de 60.000 dólares.

En uno de los canales de televisión, NBC, el principal protagonista de aquella inversión, Jim McDougal, desmintió a la primera dama, y aseguró que los Clinton no pusieron en aquel proyecto inmobiliario más de 30.000 dólares.

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