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Entrevista:

"Me gusta que David venza a Goliat"

Rocío García

Autor de filmes como Todos los hombres del presidente sobre el caso Watergate, Pakula vuelve de nuevo a la carga con El informe Pelícano, protagonizado por Denzel Washington y Julia Roberts, en el que un periodista y una estudiante de Derecho investigan un caso de corrupción que salpica a la presidencia de Estados Unidos. Pakula estuvo ayer en Madrid para hablar de El Informe Pelícano, basada en el libro de John Grishan y con guión del propio Pakula, que se estrena en España el día 25.Pregunta. ¿Qué encontró en el libro de Grishan?

Respuesta. Me gustan las películas de suspense, la idea de una persona corriente que se enfrenta al establishment y no sólo consigue sobrevivir sino que triunfa. Me gustan las historias de David y Goliat, sobre todo cuando gana David.

P. ¿Qué interés tiene en revelar zonas ocultas de la realidad de su país?

R. Voy a responderle de manera un poco oblicua. Cuando hice Todos los hombres del presidente y hablé con Bob Woodward [uno de los periodistas que investigó el caso Watergate] de cómo se convirtió en periodista, me contó una historia dé su niñez: su padre era un, juez en una pequeña ciudad norteamericana que se casó en segundas nupcias. Esta nueva familia estaba compuesta por tres hijos del padre y otros tres de la madre. Unas Navidades, su madrastra compró regalos para todos los niños, con la diferencia de que los destinados a sus propios hijos fueron mucho más caros que los del resto. Woodward hizo una lista comparativa con los precios de los regalos y se la llevó, a su padre como prueba de tamaña injusticia. Woodward me contó que, aunque él no lo supiera en aquel momento, ahí podría estar la base de su trabajo posterior y de que Nixon fuera obligado a dimitir. Tal vez yo como director tenga un poco ese problema, cuando veo la corrupción del poder. Tengo cuidado a la hora de conceder demasiado poder a nadie, excepto, por supuesto, a los directores de cine.

R. No soy anarquista y creo que el poder es absolutamente necesario para mantener la supervivencia de la civilizacion, pero me preocupa cualquier ser humano que se pone a interpretar el papel de Dios y que se cree además perfectamente capaz de hacer de Dios.

P. ¿Qué tiene el poder que empuja a tantos a la corrupción?

R. En Estados Unidos hay un atractivo entre la gente del cine y los políticos. Creo que hay cierto paralelismo, no intelectualmente pero sí desde el punto de vista afectivo. En mi propio trabajo no basta con tener talento, tienes que tener una necesidad emocional desesperada por el trabajo para sobrevivir y lograr lo que quieres. En política, para ser presidente de EE UU hay que tener igualmente una necesidad desesperada. Una vez que has probado el enorme éxito público, puede resultar muy dificil, en muchos casos, seguir viviendo sin ello, por lo que necesitan que el poder se perpetúe y que !e encuentren frente al problema de que el fin justifica los medios. Ésto puede llevar a inmensas corrupciones.

P. ¿Pensó en algún presidente cuando escribió el guión?

R. Tenía en mente un tipo de presidente. Cuando terminé la película, el presidente Clinton nos invitó a John Grishan y a mí a la Casa Blanca y le dije que no veía ningún parecido entre lo que aparecía en la película y su presidencia. Fui sincero; te guste o no te guste hasta los enemigos del presidente Clinton admiten que es muy inteligente. El presidente del filme es un presidente que parece un buen presidente, suena como un buen presidente, pero dentro de la cabeza no tiene nada. Es todo imagen y nada de contenido, por lo que puede ser fácilmente controlado por otros que no han sido elegidos por el pueblo.

P. Parece que está satisfecho con Clinton.

R. Creo que ha cambiado el diálogo político en mi país. No sólo existe una base más intelectual, sino que ahora se habla de los problemas que antes no se discutían. ¿Qué saldrá de todo ello?. Ya veremos.

P. ¿Cree que existen similitudes entre el caso Watergate y el asunto Whitewater?

R. En el periódico Herald Tribune de hoy [por ayer] un comentarista dice que la diferencia más importante entre Whitewater y Watergate, es que en Watergate hubo una crisis constitucional que tenía que ver con la corrupción del Gobierno. No hay nada comparable a esto en Whitewater, al menos no todavía. Sin embargo, si buscas semenajanzas está claro que se puede hacer mucho más daño intentando protegerse de la prensa que dejar que la prensa se entere libremente del caso.

P. ¿Qué opina del papel de la prensa de investigación?

R. Tengo un sentimiento mucho más ambivalente sobre la prensa de hoy en Estados Unidos que lo que muestra la película. Los periodistas en mis películas son siempre los mejores, aunque no estoy seguro de que haya tantos como éstos y más especialmetne desde Todos los hombres del presidente y de Watergate. El sueño de ser los próximos Woodward y Bernstein podría ser un sueño tan peligroso como corrupto. Los penodistas tienen que tener la misma responsabilidad que los políticos. Tendré que hacer una película en la que también quede de manifiesto que existen malos periodistas y así se conozca toda la verdad.

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