El CES se opone a Leguina y plantea abrir las tiendas ocho festivos al año
Otra baza se ha sumado a la animada polémica sobre los horarios comerciales. En la discusión de la comisión de trabajo sobre la apertura en días festivos del Consejo Económico y Social (CES), celebrada el pasado viernes, la balanza se inclinó contra el presidente regional, Joaquín Leguina. El organismo, integrado por los sindicatos UGT y CC OO, la patronal madrileña Confederación Empresarial Industrial de Madrid (CEIM) y un grupo de expertos, entre los que están representados los consumidores, considera que "la reconducción de los desequilibrios generados en el sector exigiría que la Comunidad se acogiera a los mínimos fijados por el Real Decreto-ley, esto es, que la apertura máxima de días festivos se ajustara a ocho días anuales".El texto, al que ha tenido acceso este periódico, contradice la postura que mantuvo el jueves el Gobierno autónomo en la Asamblea. El consejero de Economía, José Luis Fernández Noriega, anunció en el pleno que intentaría redactar una ley de horarios donde se limitara la apertura de comercios en festivos, pero por encima de los ocho días anuales que pretenden los sindicatos, pequeños empresarios y algunas asociaciones de consumidores, como Acurema, representada en el CES.
El mismo Leguina rebatió hace unas semanas las pretensiones limitadoras del pequeño comercio: "Lo que quieren los pequeños comerciantes es que cierren los grandes almacenes, pero no sólo los domingos, sino durante todo el año", dijo.
Sindicatos y consumidores ganan posiciones en la batalla del comercio al abstenerse la patronal
VIENE DE LA PÁGINA 1Aún no se ha firmado la paz sobre los horarios comerciales. No se sabe quién ganará la guerra, pero los consumidores y los sindicatos ganaron el pasado viernes una batalla. La patronal madrileña CEIM ha optado por abstenerse en la discusión, en su delicada postura de tener que representar a pequeños y grandes empresarios en este litigio que enfrenta a unos con otros. Esto ha dejado libre el terreno para que los sindicatos se muevan a sus anchas y logren imponer , de momento, su exigencia de limitar la apertura comercios en festivos a ocho días al año.
En la última reunión de la comisión de trabajo del Consejo Económico y Social (CES), celebrada el pasado viernes, la limitación de horarios comerciales acabó adoptándose por mayoría en el borrador del dictamen sobre el asunto.
Alegatos y cifras
"La pérdida de cuota de mercado ha sido decisiva en los cierres de los establecimientos comerciales de pequeño y mediano tamaño", sentencia el borrador, tras alegar estas cifras: en 1985 (cuando se liberalizaron los horarios) había en Madrid nueve grandes superficies, y en 1993 pasaron a ser 22, más nueve en ejecución y 10 en proyecto. Además, el documento añade que si en 1984 los consumidores gastaban el 14% de su presupuesto en estos centros y el 31% en el pequeño comercio, en 1993 gastaron el 38% en las grandes superficies y el 17% en las tiendas de barrio.
El dictamen no es vinculante, pero tiene un carácter consultivo de especial relevancia dado que contiene la postura de la patronal, los sindicatos, usuarios y los expertos sobre este delicado asunto. El Gobierno lo tendrá en cuenta esta semana a la hora de dirimir la contienda con una ley -tal y como solicitó la Asamblea el pasado jueves- que tendrá que estar redactada para el Consejo de Gobierno del jueves que viene.
El texto redactado por el grupo de trabajo del CES tiene que suscribirlo aún el ponente, el sociólogo Díaz Nicolás, que tuvo que ausentarse de la discusión cuando aún no había concluido. Pero fuentes sindicales y de la patronal coinciden en destacar el valor del documento, en tanto que contiene las posiciones de cada cual en la discusión y revela dónde se ha quedado el fiel de la balanza.
Además de las dos abstenciones de los representantes de la CEIM, la limitación de horarios comerciales se encontró con la oposición del presidente del CES, Miguel Angel Díaz Peña. Fiel a la postura del Gobierno autónomo, discrepó con la posición mayoritaria del organismo y propuso la liberalización de los horarios, según fuentes del CES que estuvieron presentes. Su tesis figura como discrepancia particular. Este periódico intentó ayer, sin éxito, localizar a Díaz Peña.
Los dos representantes de UGT y CC 00 apostaron por la limitación de aperturas comerciales a ocho días. Contaron con el apoyo de la presidenta de la asociación de consumidores de Madrid, Acurema, María Rodríguez, miembro de la comisión de trabajo en calidad de experta. El otro experto de la comisión es el sociólogo Díaz Nicolás, ponente del documento. Quienes estaban presentes aseguran que apoyó la tesis liberalista del presidente del organismo, aunque tendrá que acatar la posición mayoritaria.
El dictamen compensa la limitación a ocho festivos de apertura al año con una matización: la propuesta se podría fexibilizar fijando un horario de aperturas semanales mínimas de 60 horas y máximas de 72 horas, lo que "configuraría un marco adecuado a las necesidades de la población", según reza el texto. Con este consejo del CES al Gobierno de Leguina se satisface la demanda de los consumidores representados por Acurema, quienes venían reivindicando esta regulación desde el principio de la polémica.
Votación en pleno
El documento será sometido el próximo día 18 a votación en el pleno del CES. El pleno está integrado por nueve miembros de los sindicatos CC OO y UGT, nueve de la patronal madrileña CEIM, otros tantos expertos y el presidente del organismo, quien, aunque tiene derecho a voto, se ha abstenido hasta la fecha en todas las votaciones que se han producido en el seno del organismo.
Si se reproducen las posturas mantenidas en la comisión de trabajo, las pretensiones de los sindicatos saldrían por mayoría, al ser apoyadas por algunos expertos, principalmente los consumidores y algunos catedráticos, según fuentes del Consejo Económico y Social.
En las filas de la patronal algunos pequeños empresarios han manifestado en conversaciones privadas que romperán la consigna abstencionista mantenida por la CEIM y votarán a favor de la limitación absoluta de horarios, según fuentes sindicales.
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