Atenas da su último adiós a Melina Mercuri
El funeral de la actriz y ministra será el más espectacular de la historia de Grecia
ENVIADA ESPECIALTodos llevaban flores. Políticos, actores, turistas y, sobre todo, el pueblo ateniense, desfilaron ayer y anteayer por miles, con ramos en la mano, ante el féretro de Melina Mercuri, instalado en la pequeña capilla de San Elesterio, que significa libertad. La actriz y política socialista, de 74 años, según la prensa local será enterrada hoy a las doce de la mañana en el panteón familiar del primer cementerio de Atenas, donde descansan su abuelo y su padre, después del funeral ortodoxo que se celebrará en la catedral.
Después de un martes templado, el día amaneció ayer lluvioso en Atenas. El tiempo primaveral que ha cubierto de flores los frutales dio un salto atrás para envolver de humedad gris una jornada particularmente dolorosa para los griegos. Pero el uso obligatorio de paraguas y gabardina no resultó disuasorio. Allí estaban los admiradores de Melina por miles, rodeando la explanada de la catedral, junto a la que se encuentra la capilla bizantina de San Elesterio. La primera corona de flores en cubrir la fachada de la catedral fue enviada por los actores griegos ("Buen viaje", le deseaban sus compañeros del mundo del espectáculo). La segunda en madrugar era del Sindicato Socialista del Taxi ("Para Melina, luchadora griega").En el Interior de la capilla, el ataúd de madera que contiene el cuerpo de Melina estaba cubierto por la bandera griega, azul y blanca. Un pequeño ramo de flores y una fotografía en blanco y negro en la que la actriz aparece con los brazos en alto parecía saludar a los visitantes. En la cabecera de la sala se encontraban el alcalde y seis miembros que representaban a los principales partidos políticos griegos: socialistas del PASOC, Nueva Democracia y Partido Comunista.
En el Olimpo
A la izquierda del ataúd, en la zona destinada a la familia y amistades íntimas, se encontraba la actriz Bette Valasi, íntima amiga de Melina desde que juntas rodaron Nunca en domingo. Valasi, una mujer rubia, gruesa y grande, toda vestida de negro, tapaba sus ojos con gafas oscuras, tal vez para disimular las lágrimas.
En la cola de visitantes, controlada por más de un millar de policías, los comentarios de las familias completas que se agolparon durante toda la noche del martes y el día de ayer eran unánimes: "Ella está en el Olimpo con los dioses", "era una mujer irrepetible", "ella era Grecia y estaba por encima de la política". Quizá por eso casi nadie perdona a Constantino Mitsotakis el no haber hecho públicamente ninguna declaración de dolor por la muerte de la ministra de Cultura.
Aunque si Mitsotakis despertaba las iras de muchos, nada encendía más los ánimos de la mayoría que el primer y más frustrado deseo de Melina no se haya cumplido y que haya muerto sin conseguir la devolución a Grecia de los relieves del Partenón que se llevaron los británicos hace 170 años para exhibirlos en el British Museum.
Spyros, un viejo militante socialista, de 70 años, juraba ayer que la lucha de Melina no ha terminado: "Ella exigió la devolución de los frisos para nosotros, los griegos. Ahora nosotros vamos a exigir que les sean devueltos a Melina", aseguraba casi a gritos mientras su mano derecha jugaba incansable con las cuentas de un javaloi, un objeto con el que los griegos parecen aplacar sus nervios.
Según avanzaba la mañana y la lluvia se alternaba con alguna ráfaga de sol, la cola se iba haciendo más y más densa, y las escenas de dolor de quienes salían de la capilla eran más emotivas. Quienes menos reprimían su llanto a gritos eran, en general, mujeres de más de 60 años, vestidas de negro de arriba abajo, algunas de las cuales daban auténticos alaridos de casi un minuto de duración.
Adonis, un piloto de 30 años, alejado políticamente de la actriz, pero un gran admirador de su persona, decía que en este país estamos, en general, poco de acuerdo entre nosotros. Sólo Melina era indiscutible".
Los actos fúnebres programados hoy para enterrar a Melina van a ser los más espectaculares que se recuerdan en Grecia. En un documental de televisión, la propia Melina había declarado que quería ser enterrada en la misma sepultura en la que se encuentran su abuelo Spiros y su padre.
A primera hora de la mañana, el cuerpo de Melina abandonará la capilla de San Elesterio (Libertad) para ser trasladado a la catedral.
En la catedral, los máximos representantes de la Iglesia ortodoxa oficiarán una ceremonia en la que están previstos discursos del presidente del Parlamento griego, del alcalde de Atenas y de un representante del mundo artístico. Después, Melina será trasladada hasta el primer camposanto de Atenas, desde el que se puede contemplar la Acrópolis que ella tanto amó.
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