"Lo importante son las películas pequeñas"
El director de cine suizo Alain Tanner, autor de películas tan respetadas como La Salamandra, Messidor o En la ciudad blanca, está en Madrid con motivo del ciclo que le dedica la 2 de TVE a partir de mañana.Pregunta. ¿Cual es la mejor manera de potenciar el cine europeo?
Respuesta. No creo que los europeos podamos organizarnos desde el punto de vista de la producción. Jamás funcionará. Estamos empezando a hacer grandes coproducciones, como Azul, Blanco y Rojo de Kieslowsky, y para mí el resultado es menos interesante de lo que hacía antes. Puede que para competir necesitemos hacer grandes producciones, pero yo creo que lo importante sería hacer muchas películas pequeñas.
P. ¿A usted no le gustaría contar con mucho dinero para hacer una película?
R. Sí quizá si, pero el problema no está ahí, porque el riesgo es perder la independencia. Cuanto más dinero hay, mayores son las limitaciones creativas. Estoy demasiado viejo para batirme en ese terreno y además no estoy en esto por dinero. La experiencia de directores como Bertolucci, Wenders y quizá también Almodóvar, demuestra que son menos interesantes a medida que hacen películas con más presupuesto. La única manera de salvar el cine, que está muriendo lentamente, es revitalizar las producciones independientes. El deseo y las ganas de contar una historia, es muy simple pero ahí está la salvación de este arte. Las instituciones están matando este impulso.
P. ¿Es verdad que empieza las películas sin haber acabado el guión?.
R. Depende del filme. Algunos necesitan tener un guión muy claro, pero no todos. El problema es que ahora se le da demasiada importancia. Lo que se vende es un guión muy sólido. La película está hecha, vendida, vista y muerta antes de empezar a rodarla. El resultado es casi siempre un guión ilustrado.
P. ¿Que le parece que su película El diario de Lady M haya escandalizado tanto al público europeo?
R. Es que la censura vuelve poco a poco. El único país de Europa donde no ha provocado rechazo es en España. En París nos ha costado muchísimo encontrar un cine que quisiera proyectarla. La peor manera de censura es la que ataca el estilo y las formas cinematográficas. Toda la modernidad, que empieza con A bout de souffle de Godard, ha desaparecido, y es porque no vende. Lo que se cuenta es importante, por supuesto, pero sólo es importante cuando se convierte en un estilo, de lo contrario sería periodismo.
P. ¿Cual es la relación actual de la industria del cine con la televisión?.
R. En Francia la televisión ya no quiere colaborar con el cine. Además, pasa una cosa curiosa, y es que las televisiones coproducen películas por obligación con el gobierno, ponen dinero, y luego las ponen a altas horas de la madrugada, cuando nadie las ve.
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