Francia presiona a España para que no abandone un proyecto de satélite espía
Las autoridades firancesas están multiplicando sus presiones sobre las, españolas para evitar que abandonen el proyecto de satélite de observación militar Helios 2. Aunque el Ministerio de Defensa no ha adoptado todavía una posición oficial, fuentes del departamento dan por seguro que finalmente España se irá del programa, debido a la falta de presupuestos militares. La decisión definitiva debe adoptarse en las próximas semanas.A finales de este año, desde el centro espacial de Kourou (Guyapa francesa), un cohete Ariane pondrá en órbita el primero de los dos satélites que forman el componente aéreo del programa Helios 1. Se trata de un sistema de reconocimiento y observación óptica que, según los expertos, permitirá obtener imágenes de alta resolución de piezas del tamaño de un mortero de pequeño calibre. Después del Hispasat, que ha permitido al Ejército español multiplicar sus comunicaciones por satélite, el Heliós le abrirá la puerta al club del espionaje espacial.
El abandono de España, junto al reciente de Italia, reduciría el Helios 2 a un proyecto exclusivamente francés, lo que incrementaría los costes al país vecino, que además quedaría en mala posición en sus aspiraciones de convertirse en el futuro satélite de la Unión Europea Occidental.España participa en la fase de definición del Helios 2 mediante un acuerdo transitorio con Francia que le permite continuar en el programa con cargo a los retornos no ejecutados del satélite Helios 1, en el que España invirtió 14.465 millones de pesetas.
En las próximas semanas, sin ,embargo, el Ministerio de Defensa deberá adoptar una decisión definitiva. En caso de firmar el correspondiente protocolo, se comprometería a invertir un mínimo de 13.500 millones de pesetas en los próximos ocho años.
A diferencia del Helios 1, en el que España ha participado con un 6% del total, la nueva generación de satélites espías incorporará sensores infrarrojos, por lo que la observación podrá realizarse en todo tiempo y no sólo en horas diurnas y en condiciones meteorológicas favorables.
Los expertos consideran, sin embargo, que esta ventaja no es decisiva y que sólo el deseo de no abandonar un campo, el de la observación espacial, en el que España ha conseguido una posición destacada, y de rentabilizar las conocimientos, organización e infraestructura ya existentes justifican seguir adelante con el programa. Mucho más interesante, desde el punto de Vista estratégico, es la tercera generación de satélites Helios, que debería incorporar un radar de apertura sintética (SAR).
El deseo de seguir adelante tropieza con los problemas presupuestarios del Ministerio de Defensa, que, según todos los indicios, no van a resolverse en los próximos años. También influye en el escaso entusiasmo español por el proyecto la escasa participación de la industria nacional.
Fuentes de Defensa admiten que el Helios es, desde el punto de vista industrial, un programa francés y que la industria española sólo ha tenido un papel subsidiario. Una muestra de ello es, precisamente, el hecho de que España esté participando en el Helios 2 con retornos (contratos para empresas españolas) no ejecutados del, Helios 1. De haberse cumplido las previsiones, estos retornos no existirían.
Un último factor, no menos importante, es la indefinición de la UEO. La organización defensiva europea ha expresado su propósito de contar con un sistema propio de observación militar que acabe con la actual dependencia de Estados Unidos a la hora de gestionar crisis o verificar el cumplimiento de un acuerdo de desarme. El primer paso ha sido la creación del centro de tratamiento de imágenes de satélite de la UEO en la base española de Torrejón (Madrid).
Sin embargo, la retirada de Italia y el hecho de que Alemania. y Holanda no hayan dado el paso de incorporarse al Helios hacen cada vez más improbable que sea el germen del futuro satélite europeo. España podría acabar pagando dos veces lo mismo: con Francia y con la UEO.
Ejército español pone ojos en el espacio
España se incorporó al programa Helios 1 en 1988, con un 6% de participación, junto a Italia, con un 14%, y Francia, que acapara el 80% restante. Los satélites se situarán en una órbita circular heliosíncrona, para aprovechar la luz solar, a 685 kilómetros de altura, con luna inclinación que permitirá el acceso a la totalidad de la su perficie terrestre, con particular atención al hemisferio norte y, en el caso español, al Magreb. Las imágenes captadas por los satélites serán enviadas, mediante señales digitales, a la estación de seguimiento espacial de Maspalomas (Gran Canaria) y, desde allí, al Centro Principal Helios Español, en la base de Torrejón (Madrid), que realizará funciones de mando, programación y tratamiento y explotación de los datos. La inversión española en el Helios 1, de 14.465 millones de pesetas, ha sido gestionada por la Dirección de Armamento y Material del Ministerio de Defensa, el Estado Mayor de la Defensa y el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA). Entre las empresas españolas que se han beneficiado del proyecto destacan Inisel, Sener, Crisa, Alcatel Espacio y Telefónica Sistemas.
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