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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Plaza de Olavide

Bajo el título de La venganza fascista Moncho Alpuente (en El País Madrid del pasado día 16 de febrero) se refiere a la demolición del mercado de Olavide (en noviembre de 1974) en términos que exigen la restitución de la verdad histórica y del honor agraviado de quien, fallecido hace 17 años, no puede defenderse: Miguel Ángel García-Lomas, alcalde de Madrid entre julio de 1973 y abril de 1976.Pasando por alto su anticuado lenguaje y demás adornos, Alpuente propaga un doble infundio: la demolición del mercado no sólo fue una "venganza" del alcalde García-Lomas, sino también el modo de satisfacer "oscuros intereses económicos" ligados a la "especulación inmobiliaria".

La demolición del mercado de Olavide no pudo ser una "venganza" de García-Lomas "contra los catedráticos republicanos que solían suspenderle en sus años de Facultad" (?!), y más concretamente contra Javier Ferrero, arquitecto de aquel mercado, no sólo porque nunca fue suspendido en la carrera y, a mayor abundamiento, no tuvo a Ferrero por catedrático, sino, además, por la potentísima razón de que tal demolición fue un acuerdo municipal anterior a su mandato, acuerdo del que García-Lomas fue mero ejecutor y que no se había ejecutado antes en espera de la sentencia de la Audiencia Territorial.

La demolición del mercado de Olavide estaba prevista en un plan de recuperación de plazas para airear el centro urbano que se formula en el Ayuntamiento de Madrid en los años sesenta, que se inicia con las demoliciones de los mercados de El Carmen (1969) y San lldefonso (1970) y que hubiera proseguido con el mercado de Mostenses.

Tras el proceso de iniciativa y trámites, la supresión del mercado de Olavide se aprueba en el pleno que tuvo lugar en febrero de 1972, y, al igual que las anteriores, se acuerda con todo género de garantías técnicas y jurídicas.

Entre las primeras, los estudios de la funcionalidad negativa de aquel mercado, de la densidad de abastecimiento de la zona, de las áreas de influencia de los mercados próximos y de las consecuencias comerciales y urbanísticas.

Entre las segundas, la mencionada sentencia, favorable y definitiva, de la Audiencia Territorial (en febrero de 1974) en el recurso contencioso-administrativo promovido por los usuarios de los puestos.

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En cuanto a los "oscuros intereses", si hubieran existido, Alpuente haría bien en denunciarlos con la debida claridad y con todas las responsabilidades, en vez de propagar patrañas. Imposible lo veo.

La recuperación de una plaza para el dominio y el disfrute público (16.000 metros cuadrados suman las tres plazas así recuperadas) esta operación diametralmente opuesta a la especulación inmobiliaria, en tanto que la espontánea instalación de una galería de alimentación, por parte de la legítima iniciativa privada, cumplidos todos los requisitos reglamentarios, en un marco de honorabilidad, no autoriza la insidia ni la calumnia, aunque sea con un difuso efecto retroactivo y desde un ambiente de corrupción contagiosa.

Toda la abundante y cuidadosa documentación de aquellas decisiones municipales debe obrar en la actual Dirección de Servicios de Comercio del Ayuntamiento de Madrid, al que tuve el honor de servir en la antigua Delegación de Abastos y Mercados-

Cronista oficial de la villa.

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