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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Origen del crimen

ES URGENTE averiguar de una vez las condiciones en que ha tenido lugar el crimen espeluznante que ha provocado la muerte de 48 palestinos que rezaban en la mezquita de Ibrahim, en Hebrón; saber si, aparte del fanático Baruch Golstein, hubo soldados israelíes que dispararon contra los Fieles. Pero la causa profunda de este hecho es un aspecto de la política de Israel durante las últimas décadas, impulsado sobre todo por el Likud, pero al que los laboristas no se en frentaron con suficiente energía: el establecimiento de colonias israelíes en los territoriosocupados. El resultado de esa política es que hoy viven unos 140.000 israelíes en asentamientos dispersos por Cisjordania y Gaza; fuertemente armados, se consideran en un territorio ocupado por el enemigo.En su mayoría, los colonos no se han instalado allí con el mero objetivo de disponer de una casa y de lograr nuevas condiciones de vida. Su presencia en estos territorios es un acto militante: consideran que pertenecen a los judíos por mandamiento divino y que todo lo que sea aceptar autoridades palestinas gobernando en ellos es traicionar la palabra de Dios. Abundan por ello entre los colonos los miembros de los grupos más extremistas, como el del rabino Meir Kaliane, que preconiza ni más ni menos que la deportación- o el exterminio de los palestinos. Los colonos son, por su forma de vida, su militancia y su fundamentalismo religioso, la negación radical de la política que ahora acepta el Gobierno de Israel de negociar con la OLP la evacuación de esos territorios por el Ejército israelí, empezando por Jericó y Gaza, y el establecimiento en ellos de un autogobierno palestino.

Al Gobierno israelí corresponde la responsabilidad de neutralizar la oposición a su actual política que representan los asentamientos. Ha sido incapaz de hacerlo, y por ello tiene cierto grado de responsabilidad en hechos como la matanza de Hebrón. No se trata de un acto individual. Los asentamientos son generadores de esa mezcla de nacionalismo y de fanatismo religioso que crea asesinos como Goldstein. Fueron fomentados por líderes como Beguin y Sharon, que querían establecer obstáculos infranqueables a la política de negociación y de devolución de los territorios ocupados. La política pacificadora se impuso con la victoria de los laboristas. A éstos corresponde actuar ahora, sabiendo que los asentamientos son un vivero de enemigos de su política y de la paz.

En ese marco, las decisiones tomadas por el Gobierno de Rabin en el sentido de desarmar a los sectores más radicales de los colonos son insuficientes y difícilmente ayudarán a que se reanuden las negociaciones. Urge poner fin al armamento de los colonos en general, sin lo cual los fanáticos siempre encontrarán armas para las fechorías que quieran cometer. Pero también este paso es sólo una solución a medias.

Es necesario que se reanuden las negociaciones para que Gaza y Jericó abran el camino a una solución pacífica general. Sin embargo, la cuestión de la seguridad va más allá de la mera preocupación israelí de garantizar sus fronteras. Hay que prestar atención especial al peligro que las colonias significan para los palestinos. Esto exigirá una presencia de cascos azules, ya que no puede contarse con neutralidad por parte del Ejército israelí. Después, israelíes y palestinos habrán de superar el problema de la propia existencia de las colonias israelíes. El Gobierno israelí estudia ya incentivar la disolución de asentamientos con ayudas para el regreso a territorio dentro del Estado israelí. Este plan sólo será aceptado por los colonos más moderados, nunca por los que creen vivir allí en misión divina. Las autoridades tendrán que acometer con otros métodos la disolución de estos focos de fanatismo que son una amenaza para todo el proceso de autonomía palestina y para un futuro de buenas relaciones entre Israel y sus vecinos árabes. Como dice el diputado israelí Uri Avneri, "cada asentamiento es una mina en la senda de la paz".

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