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LA LUCHA POR UN PISO MUNICIPAL

Un lujo barato

Luis y María José se salvaron por los pelos del escándalo de la cooperativa PSV, pero no se libraron del de la Empresa Municipal de la Vivienda (EMV). Los novios, de 30 y 29 años respectivamente, se olían algo raro en las promociones del sindicato UGT y optaron a una vivienda de precio tasado. Tuvieron la suerte de que se les adjudicase un piso de 80 metros cuadrados y 14 millones de pesetas en la calle de Meléndez Valdés (Chamberí); pero nació el escándalo por adjudicaciones irregulares y durante 10 meses temblaron de incertidumbre.Tras el veredicto del fiscal (sólo hubo irregularidades pero no delito, dictaminó) y cinco revisiones de cada expediente, Luis y María José tienen las llaves de su piso. Otras nueve familias viven ya bajo un techo de precio tasado en su edificio con vistas al Centro Cultural Galileo. Pero 15 familias se han quedado sin la vivienda que ya les habían otorgado hace un año porque la EMV se puso "quisquillosa" tras el escándalo. Es el caso de C. S., que se quedó sin techo por un par de "errores sin iniportancia". Ahora tiene una segunda oportunidad. Ayer terminó el plazo para optar a una de las 551 viviendas municipales que salen a concurso. Cuenta con 20 puntos de ventaja por haber sufrido las irregularidades en la anterior adjudicación pero debe competir con 4.000 familias.

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Siete familias compiten por cada piso municlípal

PASA A LA PÁGINA 3

Una vivienda de 15 milloones

VIENE DE LA PRIMERA PÁGINALuis Astolfi, un informático de 30 años, ha tenido que retrasar unos meses su boda con María José Trillo, de 29. Después de ocho años de novios, unas lunas más sin casa propia no iban a ningún lado. Tampoco se puede decir que hayan perdido dinero por el retraso en la entrega de su piso de 14 millones, plaza de garaje aparte (otros tres). Lo peor para Luis han sido los meses de incertidumbre y la sensación que se ha dado en algunos medios de que los adjudicatarios de las viviendas subvencionadas son privilegiados. "Sí, pero por tener trabajo, sólo por eso", apostilla Luis, "no nos han regalado nada y muchos han tenido que empeñarse hasta las cejas para pagar la entrada".

Las 233 personas que hace un año recibieron una carta en la que se les informaba de que se les había otorgado una vivienda de entre 14 y 15 millones de pesetas debían haber abonado el 30% del precio en marzo, pero sólo 96 han pagado en diciembre el primer plazo de su casa. Otros 15 han perdido el piso por diversas irregularidades y el resto han renunciado a él. "Los madrileños hemos tenido que pagar intereses por esa demora y se han paralizado los proyectos de vivienda de protección oficial del Ayuntamiento durante un año", añade Luis.

Luis y María José todavía no se han trasladado a su piso: lo harán cuando pasen por la vicaría y amueblen la cocina. Su vecina Reyes, una enfermera de 35 años, le dio el sí a José Luis, de 34, hace cinco años. Su hija Elena ya ha cumplido dos y desde enero arrastra sus peluches por el parqué de su piso de Chamberí. Para Reyes, lo peor de esos meses de retraso ha sido la poca información que les ofrecía la EMV. "No sabíamos qué irregularidades había, nadie explicaba nada", recuerda.

Otro adjudicatario, C. R., un maestro de 34 años, ha corrido peor suerte. El error de C. R. y su mujer consiste en haberla presentado a ella como solicitante. Ya había cumplido 35 años (su aniversario fue el mes antes de la solicitud) cuando pidió un piso de aIgo más de 12 millones de pesetas en el paseo de las Acacias.

El primer baremo le había otorgado 15 puntos (de un total de 40) por ser menor de 35 años, pero la revisión de su ex pediente les rebajó la nota a 25. "No somos tontos", aclara C. R., "si hubiésemos sabido que por edad te daban puntos me habría presentado yo, que tenía 33 años en aquel momento". Además, en el proceso que siguió al escándalo se supo que él tenía un piso en Fuenlabrada. "Pero, por un lado, está fuera del área me tropolitana, como pedían las bases, y, por otro, era también de mi hermana, como había indicado en la documentación que presentamos, y yo no Podía disponer de esa vivienda", explica consternado.

El resultado es que el matrimonio todavía vive en su piso de alquiler y se quedaron sin vacaciones por si pasaba algo en su ausencia. "Te sientes víctima de un juego político, al que eres ajeno", dice. Ahora su piso y otros 136 salen de nuevo a concurso. Los que, como ellos, han perdido la vivienda prometida, cuentan de salida con 20 puntos de ventaja. "Y mira las ganas que nos han quedado que todavía [el miércoles pasado] no hemos presentado la instancia para la segunda adjudicación", concluye. Luis Astolfi está seguro de que los relevos que ha habido en la cúpula de la EMV no responden a una depuración de supuestos corruptos. "Han puesto a gente nueva para que busque nuevas soluciones", matiza.

Y afirma que los 10 meses que ha vivido inmerso en un follón de papeles, prensa y reuniones le han proporcionado algunas experiencias positivas. Ha reafirmado su amor y su confianza en su chica, que actuó de portavoz de los afectados por el escándalo. Ella fue la artífice, según él, del final feliz: "Me tiene en el bote, es la mejor del mundo".

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