Cinco edificios moribundos se salvan del olvido

Desde el Museo del Prado al palacio de Oriente aparecen, salpicando de historia las rondas de Atocha, Valencia y Toledo, una serie de inmuebles de indudable valor arquitectónico que ahora muestran su cara más sucia: la del abandono. El Estado, propietario de alguno; la Comunidad, el Ayuntamiento o algunas entidades privadas tienen planes para salvarlos de la ruina. Sin embargo, no todas las instituciones tienen los mismos planes.

La Comunidad de Madrid va a recuperar este año la antigua fábrica de galletas Pacisa, en la ronda de Valencia, para instalar en ella un centro de artes escénicas. Ramón Caravaca, viceconsejero de Educación y Cultura, pedirá el lunes a los dirigentes del Ministerio de Cultura la cesión del inmueble para rehabilitar su fachada neomudéjar y acondicionar los interiores, para lo que ya tiene presupuesto. "Pretendemos instalar una gran carpa donde los jóvenes interesados en aprender teatro puedan hacerlo".En la calle de Almadén, junto al paseo del Prado, se levanta desde hace tiempo la antigua fábrica de electricidad de Mediodía. La Organización Nacional de Ciegos Españoles (ONCE) ha adquirido el edificio para convertirlo en la nueva sede de su fundación. Dentro se instalará un centro de recuperación e integración para minusválidos, una biblioteca especializada en servicios sociales y minusvalías y salas de exposiciones. Las obras comenzarán, en verano.

Hace tiempo que la fábrica de tabacos perfuma por las tardes la glorieta de Embajadores. Justicia compite junto al Museo del Prado por hacerse con las salas de este gran edificio. Uno quieren convertirlo en juzgados; otro, en una nueva extensión de la pinacoteca.

A unos metros de la Tabacalera, en la ronda de Valencia, la fachada neomudéjar de lo que fue la segunda sucursal de Cajamadrid sucumbe a la contaminación de una de las zonas con más tráfico de la ciudad. Un portavoz de la entidad bancaria explicó que, en la actualidad, se estudia instalar en este inmueble un centro sociocultural.