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PRUEBA DE FUERZA EN RUSIA

Yeltsin asume parte del programa nacionalista para devolver a Moscú el protagonismo mundial

Pilar Bonet

El presidente ruso, Borís Yeltsin, defendió ayer el sentido de misión y el papel de gran potencia de su país y, sobre esa base, invitó a todas las fuerzas políticas a unirse en un nuevo consenso social. De ese modo, el líder ruso asumió una de las principales reivindicaciones de las fuerzas conservadoras que constituyen mayoría en el Parlamento. El "reforzamiento del Estado" fue el motivo central del discurso del presidente en la primera sesión conjunta de las dos cámaras de la Asamblea Federal ' en la sala del Kremlin donde se celebraban los plenos del Comité Central del Partido Comunista.

Yeltsin inaguró así la práctica, prevista por la Ley Fundamental, de leer un informe anual sobre el estado de la nación, y lo hizo siguiendo pautas del viejo estilo soviético, con una enumeración de deficiencias y una reiteración de fórmulas que empezaban por "hay que" o "debernos". El presidente habló como si él mismo estuviera por encima del bien y del mal.Sus palabras no encajaban en ocasiones con los datos de la realidad, como por ejemplo en lo que se refiere a la perspectiva de frenar la inflación manteniendo un alto nivel de protección social, o de recortar el funcionariado estatal, en constante crecimiento y ya más numeroso que el aparato comunista.

Invocando los "intereses nacionales rusos", el presidente se pronunció a favor de una política exterior más activa que continue la línea iniciada con la "brillante iniciativa de paz de Bosnia". "Rusia es capaz de generar. nuevas grandes ideas globales", señaló. "En 1994 debemos acabar con la viciada práctica de las concesiones unilaterales", advirtió Yeltsin, quien, en este contexto, mencionó tres puntos:

1.- Gastos de Defensa. El presidente dio a entender que habrá un aumento en el presupuesto de Defensa, al señalar que los gastos militares incluyen la financiación de una importante parte de la ciencia rusa, construcción de viviendas y manutención de personal. Según datos de finales de 1993, tales gastos supusieron un 17% del presupuesto estatal de ese año, y dentro del presupuesto militar,- el porcentaje asignado a las investigaciones científicas fue de un 5,5%, por debajo de lo dedicado por el Pentágono al mismo concepto. Aunque el presupuesto de 1994 no ha sido aprobado aún, el Gobierno planeaba mantener los gastos de defensa de 1993.

2.- El comercio de armas. Yeltsin se mostró favorable a una regulación de esta actividad y manifestó que una importante condición para ello es el "respeto a los intereses comerciales de Rusia", que "han sufrido mucho en los últimos años".

3.- La seguridad en Europa. El líder. ruso manifestó que la ampliación de la OTAN con nuevos Estados europeos sin incluir a Rusia es "el la vía de nuevas amenazas para Europa y para el mundo". "Rusia no es un invitado en Europa, sino un participante de pleno derecho en la comunidad europea", dijo. Yeltsin se refirió a la "gran Europa", un concepto que también figura en el voluminoso informe repartido ayer entre la élite política invitada a escuchar al presidente.

En la construcción político-militar de la "gran Europa", ese documento da al Consejo de Cooperación del Atlántico Norte, que reúne a los países de la Alianza y del antiguo pacto de Varsovia, un papel prioritario, por encima del asignado a la OTAN. Según el informe, el Consejo de Cooperación del Atlántico Norte podría ocordinar el trabajo de las organizaciones regionales, como la OTAN y también la Comunidad de Estados Independientes (CEI).

Vínculos con la CEI

Yeltsin se mostró partidario de un reforzamiento de los vínculos económicos, militares y políticos con los países de la CEI en beneficio mutuo. "Rusia no participó en la carrera para salir cuanto antes de la URSS y ser la más independiente", afirmó el presidente. "Muchos están superando la euforia de nadar libremente en un mar tempestuoso y comienza el reencuentro mutuo en el marco de la CEI".

Rusia tiene una "especial" responsabilidad en la estabilidad del mundo moderno multipolar, señala el informe, según el cual Moscú ha logrado evitar tanto una restauración del imperio soviético como la marginación de Rusia de los problemas en los territorios de la antigua Unión Soviética. Rusia es el único país dispuesto a asumir tareas pacificadoras en este espacio, señala el mensaje presidencial. Moscú no tiene para ello por qué pedir permiso a la comunidad internacional, afirma el documento, porque todas ' sus acciones en este ámbito se han realizado "por petición y con el acuerdo de sus vecinos". De acuerdo con la concepción oficial rusa, la ONU y la Conferencia de Seguridad y Cooperación en Europa deberían ayudar con personal y medios, con objeto de hacer más eficaz la labor rusa.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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