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España apoya la ampliación de la Unión Europea para el 1 de enero de 1995

Lluís Bassets

"Queremos que la ampliación se realice en la fecha prevista, pero queremos también que se respete el acervo comunitario", aseguró ayer el secretario' de Estado para Europa, Carlos Westendorp, en una interrupción del Consejo de Ministros de. la Unión Europea (UE) en el que se debatía la incorporación de Austria, Finlandia, Suecia y Noruega.Las negociaciones de adhesión de estos cuatro países entraron ayer en su fase decisiva, que tiene como límite las 12 de la noche del 28 de febrero, plazo que permite el debate y aprobación de los tratados de adhesión en el Parlamento Europeo antes de las elecciones de junio y la incorporación de los nuevos socios el 1 de enero de 1995 si las consultas populares en cada uno de los países arroja resultados positivos.

Reservas

Las declaraciones de Westendorp en favor de la ampliación y de los plazos previstos se producen en el momento en que España concentra la máxima atención de los cuatro candidatos por su supuesta actitud obstruccionista al proceso de adhesión. No es ningún secreto que España es el país que cuenta con reservas ante el mayor número de capítulos de las negociaciones.

El Gobierno español mantiene reivindicaciones insatisfechas en el capítulo de la pesca -en el que Noruega no quiere ceder "ni una sardina"-, ayudas regionales, presupuesto comunitario, distribución de los votos en el Consejo de Ministros y cuantificación de los criterios de convergencia para la Unión Económica y Monetaria.

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Westendorp rechazó precisamente la nueva propuesta presentada ayer por la Comisión respecto a las ayudas regionales. Esta propuesta consiste en crear una nueva clasificación para las zonas con densidad de población por debajo del 7%, de forma que las regiones árticas y subárticas puedan recibir fondos estructurales. Dichas regiones serían clasificadas como de Objetivo lA, en vez de la propuesta anterior de calificarlas como Objetivo 1, en las que están incluidas las que tienen una renta situada en un 75% del promedio de la Unión.

Altos funcionarios españoles que protagonizaron las negociaciones de adhesión se lamentan también, con cierta amargura, de la diferencia de trato que están recibiendo los cuatro nuevos candidatos y sus escépticas opiniones públicas si se compara con el que recibió España.

Según dichas opiniones, España se vio obligada a adaptar numerosos sectores a las condiciones comunitarias y a aceptar períodos transitorios para su pesca y para su agricultura, mientras que los cuatro candidatos negocian posiciones de ventaja en casi todos los sectores hasta el punto de poner en peligro la noción de acervo comunitario. "Parece que seamos nosotros quienes nos vamos a adherir a ellos y no al revés", aseguraba un negociador español.

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Sobre la firma

Lluís Bassets
Escribe en EL PAÍS columnas y análisis sobre política, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ‘El año de la Revolución' (Taurus), sobre las revueltas árabes, ‘La gran vergüenza. Ascenso y caída del mito de Jordi Pujol’ (Península) y un dietario pandémico y confinado con el título de ‘Les ciutats interiors’ (Galaxia Gutemberg).

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