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Asesinado en Argel un librero de origen español

El librero de origen español Joaquín Grau, conocido como Vicente, fue asesinado ayer a tiros en su negocio enclavado en el centro de Argel, a menos de cien metros de la Embajada española. Grau, que residía en Argelia desde hace más de 20 años, tenía pasaporte francés y es el 280 extranjero asesinado en el país magrebí desde que los integristas islámicos desencadenarán su campaña de limpieza, como la define el Grupo Islámico Armado (GIA), que mantiene una postura mucho más radical que el Frente Islámico de Salvación (FIS) frente al régimen.

Joaquín Grau, de 52 años, era el único verdadero librero que quedaba en Argel y murió poco después de ser recibido en el hospital, según confirmaron fuentes oficiales. En su librería Beaux Arts, situada en la céntrica y concurrida avenida de Didouche Mourad, a mitad de camino entre la joyería de su amigo Raymond Luzum, asesinado el pasado 23 de enero, y la Embajada española, Grau vendía libros en francés, español y árabe, reproducciones de arte y discos.Vicente, hijo de un albañil español que emigró a Argelia en los años cincuenta en busca de mejoras económicas, había recibido varias amenazas de muerte en los últimos meses. Hizo caso omiso. El librero declaró a Efe en una ocasión que ni iba a cerrar ni mucho menos a irse de Argel. Ayer, "un grupo terrorista", según informó en un escueto comunicado un portavoz de los servicios de seguridad argelino, le mató en su librería.

Grau, soltero y sin hijos, solía abrir los viernes, día sagrado del islam, y por eso tuvo problemas en varias ocasiones, aunque solía cerrar poco antes de la hora de la oración y reabrir a su término. Nunca supo de quién provenían las amenazas de muerte, pero todo parecía indicar que de miembros o sectores afines al GIA, responsable de la mayoría de las muertes de ciudadanos extranjeros en Argelia.

El librero no acudió a la policía por la misma razón que ningún amenazado lo hace: recurrir a las fuerzas de seguridad representa una señal inequívoca para los integristas, a lo que hay que añadir la poca confianza que inspira la policía. Así le sucedió a un matrimonio belga, que fue amenazado, presentó una denuncia y el marido acabó asesinado.

La muerte de Joaquín Grau es el último episodio de una campaña lanzada por los integristas islámicos que reclaman la limpieza de todo lo extranjero para convertir a Argelia, el mayor país del Magreb, en una república islámica. Desde que empezó la campaña, el 21 de septiembre de 1992, con la muerte de dos topógrafos franceses, casi una treintena de extranjeros han perdido la vida: la matanza de 12 croatas, que trabajaban para una empresa de la antigua Yugoslavia en Chiffa, a 80 kilómetros de Argel, ha sido hasta ahora la acción más sangrienta de los militantes islámicos.

El autodenominado Consejo Superior de las Fuerzas Armadas Islámicas lanzó el pasado día 1 un ultimátum para que las legaciones extranjeras cerraran sus puertas y dejaran de apoyar al régimen argelino. Un periodista francés fue asesinado ese mismo día en la alcazaba de la capital argelina. Fue la última víctima hasta ayer. Con Grau son ya 28 los extranjeros que han perdido la vida en atentados de comandos islámicos: 12 croatas, 6 franceses, 3 rusos, un español, un británico, un belga, un colombiano, un peruano, un filipino y un tunecino.

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El español Manuel López Bailén, de 50 años, fue asesinado a tiros el 2 de diciembre a 80 kilómetros al suroeste de Argel, dos días después de que entrara en vigor el ultimátum para que todos los extranjeros dejaran Argelia.

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