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Victorino Martín niega que 'afeite' toros

El ganadero, recientemente multado, descalifica los análisis de astas

Victorino Martín niega rotundamente que haya afeitado ningún toro desde que se dedica a la ganadería de bravo, y atribuye la sanción que se le ha impuesto recientemente por este motivo (tres toros lidiados el 18 de septiembre de 1992 en Guadalajara), a la incompetencia de los especialistas encargados de analízar las astas y a la escasa fiabilidad de sus métodos.

El hijo de Victorino Martín -veterinario y torero, con el mismo nombre- asegura que, en materia de astas manipuladas y su detección, nadie sabe nada, porque no se han estudiado suficientemente los procedimientos de análisis. "Mi padre creía en los métodos que se empleaban en la Escuela Nacional de Sanidad", dice, "pero cuando yo aún era estudiante de Veterinaria, fui allí, observé cómo lo hacían, y le advertí de que no servían. 'Un día te denunciarán a tí por afeitar toros', le dije, y acabó ocurriéndole".El encaste de las reses influye mucho en la conformación de las astas, y según Victorino Martín, hijo, todas las ganaderías de procedencia Saltillo o Buendía-Santa Coloma corren riesgo de que se las sancione por afeitado, aunque a sus reses no las hayan tocado ni un pitón. "Las otras, principalmente los encastes Núñez y Juan Pedro, como tienen una estructura de astas distinta -en general, el macizo más largo-, si afeitan sus toros lo más probable es que no se detecte", comenta Victorino Martín.

El hijo del ganadero denuncia: "En cuanto un asta no pasa el examen biométrico, consideran que ha dado positivo, pues los veterinarios encargados de los análisis prescinden del examen histológico -fundamental para precisar las manipulaciones- sencillamente porque no saben hacerlo". Y añade: "Por este motivo, a las ganaderías que no dan la proporción de macizo prefijada en el método de detección del fraude, se las sanciona -es el caso de Miura, Guardiola y la nuestra que, precisamente, no afeitamos nunca, mientras las demás quedan impunes".

"Los métodos de análisis eran fiables hace 10 años", dice Victorino Martín, "cuando arreglaban los toros con escofina y lima. En cambio ahora los sacan punta con instrumentos cortantes y no hay modo de saber si están afeitados o no".

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