Actuación oscura
EL CUÁDRUPLE asesinato de Nigrán (Pontevedra) ha planteado serias dudas sobre el correcto funcionamiento de los mecanismos de prevención existentes en el seno de la policía. Y el extraño comportamiento de la Guardia Civil en el lugar de los hechos las plantea respecto de los criterios profesionales con que se investigan los hechos.Los guardias civiles personados en el escenario del crimen se han justificado diciendo que dos de las víctimas vivían aún y que su primera preocupación fue evacuarlas. No han podido explicar, sin embargo, de forma convincente por qué levantaron también los cadáveres sin avisar previamente al juez, como es preceptivo, y recogieron casquillos de bala sin adoptar medidas tan elementales para preservar las pruebas como el precinto y aislamiento de la vivienda. No es argumento suficiente el aportado por el responsable en la zona de la Guardia Civil al explicar dicha actuación por la "histeria colectiva" del momento. El cumplimiento del deber de prestar ayuda a quienes aún respiraban nunca puede ser pretexto para el incumplimiento de otros. Especialmente, si ello implica obstruir la acción de la justicia, dificultar la investigación del delito y ocasionar posibles perjuicios a terceros.
La investigación que el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) ha solicitado al Ministerio del Interior deberá esclarecer lo sucedido. Y la que simultáneamente ha pedido al fiscal general del Estado deberá determinar si existe o no algún tipo de responsabilidad penal. En cualquier caso, la opinión pública tiene derecho a que se despejen las dudas existentes: si esta actuación por libre de la Guardia Civil está motivada por la condición policial de los presuntos asesinos y si su finalidad fue impedir que los hechos puedan ser investigados en toda su amplitud y, en consecuencia, que la justicia los conozca y juzgue como corresponde.
