Las abuelas de Rivas, cuentacuentos por un día
"Mamá, me voy al baño a crecer, que quiero ser como los garbanzos cuando se ponen en agua" narra Luisa, de 68 años, a un público atento formado por 23 alumnos de entre siete y ocho años de la clase de, segundo del colegio público El Olivar, en Rivas-Vaciamadrid (22.000 habitantes).Mayores y niños se contaron ayer historias, adivinanzas, chistes, cuentos y canciones dentro de una actividad organizada por la Concejalía de Servicios Sociales del Ayuntamiento y la Asociación de Orientación para la Salud (ADOS) dentro del programa para personas mayores. El proyecto, que cuenta con la ayuda de la Comisión de las Comunidades Europeas, se inició ayer en Rivas, pero ya se había puesto en práctica antes en las localidades de Ciempozuelos y en San Martín de la Vega.
Paquita, una abuela de 53 años, les contó a los niños que nació en un pueblo de Valladolid en una familia de ocho hermanos en la que ella era la única chica. El padre de Paquita era pastor y Paquita les habla a los niños de la matanza del cerdo. Los chavales, sin inmutarse por la historia, le preguntan simplemente: " ¿Pero había chucherías?". Ella contesta que no, que para ella no había chucherías. Pero Luisa, que pasó su infancia en Madrid, afirmaba que "los domingos me daban cinco céntimos para caramelos".
Servir para algo
Cecilia Santamaría, coordinadora de esta actividad, comentó que su objetivo es conseguir que "los mayores descubran que sirven para algo, que tienen algo que decir, aunque para lograr que participen hemos tenido que motivarlos mucho".De los 25 mayores que se apuntaron al principio, de momento sólo han participado tres mujeres. Para los organizadores, la mayor reticencia se produce por el hecho de que el lugar de cita sea un colegio, algo que a muchas de estas personas no parece gustarles, puesto que muchos no pudieron estudiar en un colegio. Es más: alguno acudió por primera vez al colegio el día que tuvieron que ir a recoger a alguno de sus nietos.
El objetivo de este programa es conseguir elevar la autoestima de estas personas a través de la recuperación de sus vivencias y conocimientos. "Estamos siempre con mayores, y necesitamos mucho estar con niños", afirma Luisa.
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