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Entrevista:

Zubin Mehta: "Espero poder dirigir pronto a la Orquesta de Israel en territorio palestino"

El director indio actúa en Santiago de Compostela, Valencia, Barcelona y Madrid

Defensor de los oprimidos y luchador de causas humanitarias, el director de orquesta indio Zubin Mehta (Bombay, 1936) va sumando poco a poco victorias morales. Ahora, después de que judíos y palestinos firmaran la paz, asegura que espera "con ilusión" el día en que empuñará la batuta frente a la Orquesta Filarmónica de Israel en territorio palestino. "Espero que sea pronto, probablemente en Jericó, pero antes me gustaría dirigir un concierto en El Cairo, es algo que espero desde que se firmaron los acuerdos de Camp David en 1978", dice. Mehta inició ayer en Santiago de Compostela una gira de conciertos por España con la Filarmónica de Israel, con la que actuará en Valencia (día 9), Barcelona (10) y Madrid (12 y 13) con un programa dedicado a las sinfonías de Brahms.

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Zubin Mehta está convencido de que la música puede contribuir a unir a los pueblos. "Juntar a la gente es algo maravilloso", afirmó en una entrevista concedida a este diario tras la rueda de prensa celebrada en Santiago de Compostela. "De hecho, ya en 1968, durante la Guerra de los Seis Días, dirigí el Réquiem de Verdi con la Filarmónica de Israel en Belén frente a judíos, árabes y cristianos. En 1981 ofrecimos otro concierto en el sur del Líbano, mientras los palestinos, detrás de una montaña, seguían la lucha. Ahora mi prioridad es llevar a la orquesta a El Cairo y después tocar en territorio palestino".Mehta dirigió por primera vez a la Filarmónica de Israel cuando tenía 25 años, los mismos años que tenía el conjunto hebreo. Desde entonces, la relación entre los músicos y el director se ha estrechado cada vez más. En 1967 fue nombrado consejero musical de la orquesta; en 1977, director artístico y en 1981 los músicos le designaron, por unanimidad, director vitalicio, cargo del que no existe, a diferencia del que Herbert von Karajan tenía con la Filarmónica de Berlín, contrato de por medio. "Es un nombramiento honorífico, un bello detalle de los músicos de la orquesta, pero no hay más compromiso que el moral".

Casi el 90% de los músicos de la Filarmónica de Israel son judíos. "Yo no soy judío", gusta de puntualizar el director indio, que pertenece a la minoría étnico-religiosa de los parsis -descendientes de los antiguos persas mazdeístas que emigraron a la India huyendo de las persecuciones de los musulmanes-. La inclinación de Zubin Mehta por el pueblo judío le llevó a decirle a Menahem Begin: "Me caen ustedes tan bien que me haría judío si la operación no fuese dolorosa".

Meteduras de pata

La simpatía y arrolladora personalidad de este hombre grandullón de gesto exagerado y sonora carcajada le han ayudado a salir airoso de notables meteduras de pata. En 1967, cuando su nombre sonó para suceder a Leonard Bernstein al frente de la Filarmónica de Nueva York, Mehta rehusó aduciendo que tenía otra orquesta mejor en Los Ángeles. Diez años más tarde tuvo que tragarse sus propias palabras cuando sustituyó a Pierre Boulez en la titularidad del conjunto neoyorquino. En Israel también hizo de las suyas al intentar dirigir en 1981, sin previo aviso, un fragmento de una pieza de Wagner como propina de un concierto. No lo consiguió y poco después renunció públicamente a intepretar a Wagner en Israel. "Wagner sigue siendo un problema emocional en Israel. Hay que respetarlo, pese a que como compositor es el centro de la revolución musical de finales del siglo XIX", afirma. Los músicos pronto le perdonaron y ese mismo año le eligieron director vitalicio de la orquesta.Zubin Mehta ha aprendido a ser diplomático para evitarse problemas y cuando se le pregunta su opinión sobre las batallas verbales entre algunos divos de la ópera, se encoge de hombros y dice con cara de ingenuo: "¡Ah! Es que no se llevan bien. No lo sabía". Sobre el enfrentamiento entre el director del Festival de Salzburgo, Gérard Mortier, y la Filarmónica de Viena, orquesta a la que dirige frecuentemente, Mehta sigue la misma estrategia: hacerse el sueco.

Sin embargo, del asunto del aumento de actos xenófobos en Europa, el director indio sí que habla. Mehta siempre ha tenido las ideas claras en este sentido. Se ha negado sistemáticamente a actuar en Suráfrica, y después de visitar dos veces la ex Unión Soviética, en 1962 y 1964, decidió que ya no volvería más. "Vi lo que era aquello y la situación en que se encontraban los judíos", explica. "Los movimientos de masas que actualmente hay en Europa ya ocurrieron hace 300 años. No creo que deban pararse, estoy convencido de que la mezcla de gentes de diferentes pueblos será ventajosa. Estados Unidos es un país integrado por una mezcla de pueblos y ha dado muy buen resultado. No me invento nada, he hablado con genetistas que me confirman esta teoría".

El director indio, que compagina desde hace años el repertorio sinfónico con la ópera, asegura que no existe crisis de voces. "Unicamente faltan tenores wagnerianos, pero esta es una crisis que no tiene fin", afirma. A su juicio, el tenor español Plácido Domingo es uno de los "mejores cantantes wagnerianos". "Dirigir a Plácido en La Walkiria o Parsifal es el sueño de cualquier director".

Después de 30 años de simultanear la dirección artística de varias orquestas, Zubin Mehta es hoy titular únicamente de la Filarmónica de Israel. "30 años son muchos años. Cuando en 1991 dejé la titularidad de la Filarmónica de Nueva York recibí ofertas de tres teatros de ópera europeos para ser el director, pero las rechacé. Me gusta dirigir. No quiero ser un oficinista, no soporto más tener que asistir a audiciones, no me gusta planear los programas de otros directores", dice casi enojado. "¡Al fin soy libre!", grita y añade: "Me gusta mi libertad, aunque quizá dentro de cinco años cambie de opinión".

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