Planes inflacionistas en Moscú, pese a la presión del FMI

El Gobierno ruso, en su primera reunión en mes y medio, aprobó ayer en términos generales y pese a la presión del Fondo Monetario Internacional (FMI), un proyecto de resolución sobre el sector agroindustrial de carácter inflacionista que prevé subsidios por valor de 14 billones de rublos (1,26 billones de pesetas, aproximadamente). Esta resolución difícilmente facilitará las discusiones que en estos momentos está habiendo en Moscú con una delegación del FMI para negociar un programa de reforma económica y créditos por unos 210.000 millones de pesetas.El documento gubernamental sobre el sector agroindustrial, que terminará de elaborarse dentro de una semana, es altamente inflacionista y, si no se le introducen serias correcciones, hará imposible lograr las metas de inflación planteadas por el ministro de Finanzas, Serguéi Dubinin, e incluso las del propio jefe de Gobierno, Víctor Chernomirdin.

Dubinin estimó el miércoles que la inflación mensual a final de año podría ser de un 12%, índice más optimista que el de Chemomirdin, que la ha calculado en un 15% o un 18%. Ambas cifras, sin embargo, están muy por encima de las exigencias del FMI, que acepta una inflación del 5%, meta que se proponían alcanzar los reformistas Yegor Gaidar y Borís Fiódorov. Estos ministros dejaron el Gobierno ante los claros signos de la voluntad de Chenomirdin de abandonar la dura política monetarista que se estaba aplicando antes de las elecciones del 12 de diciembre, en las que los reformistas fueron derrotados.

El proyecto de apoyo al sector agroindustrial fue discutido a puerta cerrada y sólo una persona estuvo en contra del documento: Anatoli Chubáis, el viceprimer ministro encargado del programa de privatización y último hombre del equipo de Gaidar que aún permanece en el Gobierno. La cifra de 14 billones de rublos en subsidios es enorme si se tiene en cuenta que, según el académico Pável Búnich, el déficit presupuestario total fue en 1993 de aproximadamente 17 billones.

Evitar la hiperinflación

Chernomirdin, que, en una entrevista publicada ayer por el semanario Ekonómika i Zhizn, aseguró una vez más que no estaba dispuesto a dar créditos fáciles ni a financiar las empresas no rentables, fue mucho menos explícito en la reunión del Gabinete. Al final del debate, el primer ministro declaró, según Tass, que el Gobierno debe apoyar indudablemente a la agricultura, pero al mismo tiempo "no puede permitir una caída en la hiperinflación".La principal tarea de la misión del FMI que llegó el martes es estudiar los resultados del desarrollo económico de Rusia del año pasado y sus perspectivas, según Jean Foglizzo, jefe de la oficina moscovita del FMI. Los especialistas del organismo estudiarán en Moscú la situación de la política presupuestaria y la emisión monetaria y crediticia.

El tema más importante de las conversaciones es el de las condiciones concretas bajo las cuales se dará a Rusia la segunda parte del crédito del FMI. La primera parte del crédito la recibió en julio de 1993, y la segunda estaba prevista para dentro de seis meses. Sin embargo, en vísperas de la llegada de la delegación a Moscú, Michel Camdessus, director del FMI, señaló que aún es temprano para hablar de una mayor elasticidad en la política crediticia con respecto a Rusia y que el Fondo ha decidido que continuará con los créditos sólo después de que se cumplan las necesarias condiciones macroeconómicas. El mes pasado, la inflación fue de cerca del 20%, índice demasiado alto para el FMI.