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Butros-Gali deja expedito el camino para que la OTAN bombardee posiciones serbias en Bosnia

Antonio Caño

Estados Unidos, el Reino Unido y Francia, os tres países con derecho a veto que nunca m conseguido elaborar en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas una política conexionada respecto a la ex Yugoslavia, dieron ayer su respaldo al secretario general, Butros-Gali, en su intención de solicitar bombardeos aéreos en Bosnia incluso si las partes enfrentadas no lo aprueban. Labase aérea de la OTAN en Aviano (Italia) se encuentra desde ayer en alerta. Los objetivos de un eventual ataque se encuentran fijados desde hace tiempo, gracias a la información facilitada por los aviones radar.

"No es un dramático giro en la situación, pero el dato de que los tres países de la OTAN se hayan apresurado a apoyar al secretario general significa un paso importante en la dirección de usar la fuerza", comentó ayer un funcionarlo de la ONU. Un alto portavoz de la Administración estadounidense dijo por su parte que la propuesta era 11 razonable" y aseguró que EE UU "está totalmente preparado para participiar en bombardeos aéreos".El embajador del Reino Un¡do en la ONU, David Hannay, declaró que "los sucesos de los últimos días sobre el terreno han empujado a las Naciones Unidas hacia una posición más firme". Un representante francés también indicó que su país recibía las propuestas de Butros-Gali como "un paso positivo".

El secretario general presentó en la noche del viernes ante el Consejo de Seguridad un informe sobre sus diez días de actividades en el exterior para poner al día la agenda sobre Bosnia. Butros-Gali mencionó tres escenarios posibles para garantizar la distribución de ayuda internacional en Bosnia. En dos de esas posibilidades se contaría con la colaboración de las tuerzas en conflicto. Pero el tercer y más probable escenario, aquél en el que los contendientes no faciliten el trabajo de la ONU, como la distribución de la ayuda, "implica un diferente nivel de acción militar", dijo Butros-Gali.

Aunque el Consejo de Seguridad aprobó ya hace meses la posibilidad de usar la fuerza para garantizar la distribución de la ayuda humanitaria, ésta es la primera vez que el propio secretario general dice explícitamente que si los serbios siguen impidiendo el trabajo de la ONU llamará a los países de la OTAN ara que efectúen ataques aéreos contra ellos.

Se ha dado aún un paso más: Butros-Gali dijo que, ante la urgencia de la situación, la autor¡zación del uso de la fuerza ni siquiera tendría que pasar por Nueva York. El propio representante del secretario general en Zagreb, Yasushi Akashi, en coordinación con el jefe de los cascos azules, general Jean Cot, está autorizado para dar la orden. Butros-Gali advirtió que esta posición podría suponer el aumento de fuerzas sobre el terreno. Ahí es donde radica el problema: ninguno de los países que tienen allí tropas, entre ellos España, está dispuesto a aumentar su dotación. Al contrario, muchos desean retirarse.

Francia y el Reino Unido han pedido en el pasado el envío de fuerzas norteamericanas a Bosnia, pero la Administración Clinton ha sostenido siempre que su Ejército únicamente se sumará a una operación de ese tipo cuando todas las partes involucradas en el conflicto hayan llegado a un acuerdo de paz.

El diario The New York Times revelaba un plan de la Administración norteamericana que restringe el uso de fuerzas militares estadounidenses en misiones de paz. Washington únicamente se sumará a los cascos azules en aquellos conflictos que amenacen la seguridad internacional, cuando se produzca una catástrofe que exija ayuda inmediata o cuando se haya observado una grave violación de los derechos humanos.

El problema ruso

Aunque pueda pensarse que en Bosnia se dan al menos dos de esas. condiciones, EE UU sólo está dispuesto ahora a la participación en bombardeos aéreos y a suministrar armas a los musulmanes para que estén en mejores condiciones de defenderse. El envío de refuerzos a los cascos azules en Bosnia exigiría, por otra parte, una nueva resolución del Consejo de Seguridad, y eso obligaría una vez más a vencer la resistencia de Rusia, favorable a los serbios.

Si se fuerza la apertura del aeropuerto de Tuzla, que resulta vital para el suministro de ayuda humanitaria al norte y centro de Bosnia, y hay una. respuesta armada serbia, Butros-Gali y la OTAN tendrán la oportunidad de demostrar su verdera voluntad de compromiso. Radován Karadzic, líder de los serbios bosnios, advirtió ayer que la reapertura del aeropuerto sólo será posible si éste es controlado por sus tropas, a lo que se opone la ONU. EE UU, entre tanto, está convencido que los bombardeos acelerarían considerablemente la firma de la paz.

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