El Gobierno asegura que no cederá a la presión contra la reforma laboral
El Gobierno no cederá en su empeño de llevar adelante la reforma del mercado laboral, pese a la repercusión de la huelga del jueves. Así lo aseguró ayer el ministro de la Presidencia, Alfredo Pérez Rubalcaba, tras la celebración del Consejo de Ministros. No obstante, anunció que el presidente del Gobierno, Felipe González, recibirá a los líderes sindicales Nicolás Redondo y Antonio Gutiérrez en los próximos días, en respuesta a la carta en la que solicitan una negociación con el Ejecutivo.
El ministro de la Presidencia rehuyó en todo momento valorar la repercusión de la huelga del jueves. Preguntado una y otra vez sobre la opinión del Gobierno acerca del paro, pasó la pelota a los sindicatos. Lo que sí dejó claro fue que el Gobierno "nunca ha creído que el éxito o fracaso de las convocatorias sirva para medir la representatividad de los sindicatos".Pérez Rubalcaba mantuvo el tipo durante la rueda de prensa siguiendo un guión del que no se salió para nada. No respondió a la pregunta sobre si el Gobierno pensaba que había sufrido un desgaste tras la huelga o si muchos de sus votantes del pasado 6 de junio habían seguido la convocatoria de los sindicatos.
Se limitó a señalar que esas apreciaciones "carecen de base empírica" y "a veces son interesadas". Respondió con un simple y rotundo no a la pregunta de si influía en el Gobierno la advertencia del presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, de que le retirará su apoyo si el Ejecutivo cede a la presión sindical. Incluso escogió su lenguaje y rehuyó en todo momento utilizar la palabra huelga, que fue sustituida por la aséptica expresión convocatoria de los sindicatos.
Toda la valoración del Gobierno la resumió Pérez Rubalcaba al señalar en que "más allá del rechazo a un proyecto de ley concreto, muchos ciudadanos lo hacían preocupados por la situación económica y su secuela de desempleo. Hay muchos ciudadanos que trabajaron que comparten su preocupación por la situación económica del país". "El Gobierno comparte con unos y otros esa preocupación, que es la que le ha llevado a hacer la reforma del mercado de trabajo", añadió.
Insistencia en el mensaje
El ministro de la Presidencia no se salió de un mensaje que podía haber sido escrito la víspera de la huelga. Aseguró que la reforma del mercado laboral era necesaria y que debe seguir adelante. "Hoy tenemos los mismos problemas" que antes de la huelga, "pero mayor necesidad de abordarlos", dijo. Sin salirse un ápice de lo que Felipe González dijo la víspera de la huelga, el ministro de la Presidencia reiteró que el Gobierno tendría en cuenta e incorporaría en la tramitación parlamentaria los acuerdos a los que lleguen sindicatos y empresarios. "El Gobierno siempre ha querido que el diálogo social fuera tripartito", apostilló.
El ministro confirmó que el Gobierno había recibido la carta enviada por los secretarios generales de UGT, Nicolás Redondo, y CC OO, Antonio Gutiérrez, en la que solicitan una negociación urgente sobre la reforma del mercado laboral. Aseguró que el Gobierno contestaría a la carta y anunció que se celebraría la reunión que pedían con Felipe González, aunque lo hizo en estos términos: "El Gobierno nunca ha puesto dificultades para qué se celebren las reuniones en busca del pacto social, por lo que es razonable que las entrevistas se celebren".
También dijo que le constaba que el presidente de la CEOE, José María Cuevas, había enviado otra carta al presidente del Gobierno. En la carta solicita una reunión para analizar "los últimos acontecimientos sucedidos en España en el ámbito económico y social, y en la que la representación empresarial pueda transmitir al Gobierno sus impresiones y posturas sobre asuntos como la reforma laboral, actualmente en trámite parlamentario, la negociación colectiva para 1994 y la evaluación de la reciente huelga convocada por las centrales sindicales".
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