'Forza TV'
"¡Forza Italia!" ya no es el grito de la selección de fútbol porque Silvio Berlusconi se lo ha apropiado para dar nombre a unos clubes concebidos como terminales de captación de votos y selección de candidatos a diputados de su fuerza política. Pero la verdadera fuerza de Berlusconi, que será la más polémica y dará origen a conflictos durante la campana, son sus redes de televisión, que ahora van a quedar formalmente en manos de Fedele Confalonieri, el más estrecho colaborador del presidente de Fininvest."Forza, alcémonos / el futuro está abierto, entremos en él / tus manos unidas a las mías / energía para sentirnos más grandes / Forza, Italia mía", se oye desde hace semanas en todas las cadenas de Fininvest, a lomos de una música dulzona que recuerda a Mocedades, sobre panorámicas de Milán, Florencia, Lucca o Roma. Ni el caos de Nápoles, ni los servicios deficientes o las colas que todos los italianos, septentrionales o meridionales, hacen varias veces al año ante Correos para realizar pagos que no les facilita su incompetente banca aparecen en los spots de este empresario, decidido a convertir a los italianos en turistas en su propia tierra.
Los organizadores del movimiento han informado de que hay ya más de 900 clubes Forza Italia, y esperan llegar a los 4.000. La única condición para ingresar o fundar una de estas asociaciones es no tener ninguna cuenta pendiente o pasada con la justicia. Los nuevos socios reciben luego el texto de En busca de un buen Gobierno, un manifesto ultimado por Giuliano Urbani, politólogo que ha ayudado a Berlusconi a diseñar su carrera política.
Más estrictas son las condiciones para ser candidato a diputado, ya que se han buscado profesionales de prestigio en sus zonas de residencia, sin experiencia política previa o breve militancia en algún partido moderado y con buena presencia televisiva. También se exige un curso de formación, al coste de unas 5.000 pesetas diarias. Pero, como las fuerzas de la Liga Norte, la mayoría de los clubes están en Lombardía.
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