11 militares y funcionarios del Aire salvan la vida al fallar un coche bomba de ETA en Madrid

"Un fallo en el coche bomba preparado por ETA contra un furgón del Ejército de Aire en Madrid permitió que sus 11 ocupantes salvaran la vida. La policía hizo estallar posteriormente el artefacto, colocado en el cruce del paseo de la Ermita del Santo con la avenida del Manzanares, lo que produjo heridas a 10 personas y causó la rotura de cientos de cristales y daños en una veintena de automóviles. La zona ha sido escenario de varios atentados en los últimos años, por lo que la policía mantiene una operación de búsqueda en el barrio. Ayer hubo otros cinco atentados con bomba en el País Vasco, aunque en tres de ellos fallaron los artefactos. Para Juan María Atutxa, consejero vasco de Interior,, esto prueba la desorganización de ETA.

Los terroristas habían aparcado un Opel Corsa con matrícula falsa BU-6268-K en una isleta de la calzada. Esperaron la llegada de una furgoneta Mercedes que transportaba cinco funcionarios civiles y seis militares desde Cuatro Vientos al Mando Aéreo de Centro, en la calle de Quintana. A las 8. 10, los etarras accionaron el artefacto por control remoto al paso del vehículo. Pero un fallo en el mecanismo de iniciación hizo que sólo se produjera una pequeña explosión, cuando el microbús ya se había alejado 10 metros.Los ocupantes del vehículo oficial se detuvieron al escuchar la detonación, pero continuaron el trayecto tras comprobar que no habían sufrido daños. José Manuel Carrasco, conserje del colegio público situado a unos metros del coche bomba, estaba tirando la basura en ese momento. "Entré corriendo a mi casa, recogí a mi mujer y a mis dos hijos y nos metimos al fondo del edificio", recordaba.

La policía acordonó la zona, evitando la entrada de los niños 4ue a esa hora acudían al colegio. Los artificieros comprobaron que dentro del coche bomba -robado el pasado mes de noviembre en el barrio de San Blas- había explosivos sin estallar y dos granadas de mano. Mediante un robot, los artificieros dispararon al artefacto e intentaron activarlo con un cebo.

Poco después de las 10 de la mañana, los artificieros volvieron a colocar un segundo cebo, lo que originó una fortísima explosión. Todos los cristales de varios bloques de viviendas saltaron hechos añicos y unos veinte coches sufrieron desperfectos.

El Opel Corsa se empotró, hecho pedazos, en la mediana de cemento de la cercana M-30.

Enrique Gil Blázquez, de 46 anos, Antonio del Río González, de 31, y Luis Velayos Cantalapiedra, de 24, tuvieron que ser hospitalizados.

El atentado fue cometido mediante unos 30 kilos de amosal y 20 kilos de tornillería, ocultos en el asiento trasero del coche, bajo unos sacos de arroz.

En el País Vasco, los terroristas también colocaron ayer cinco artefactos. Se produjeron daños en una sucursal de Banesto in Bilbao y en otra de la Caja Laboral Popular en Tolosa (Guipúzcoa). En la oficina del Inem de Getxo (Vizcaya) no llegaron a estallar 10 kilos de amosal por un fallo en el detonador. La Ertzairitza (policía autonómica) trabajó cuatro horas para desactivar la bomba. También hubo atentados fallidos en unas oficinas de la Seguridad Social de Bilbao y en una cabina telefónica de San Sebastián.

El consejero de Interior, Luis María Atutxa, afirmó ayer en San Sebastián que "en estos momentos a ETA le queda muy poco de organización". Atutxa achacó a "la escasa cualificación" de los terroristas los fallos detectados en las últimas acciones de ETA. "En ocasiones sólo les estallan los detonadores, y se ve que no están para despilfarros con explosivos y que hay gente que trata de amagar".

El consejero apuntó que los activistas de ETA reciben instrucciones "de diversas fuentes", si bien, en alusión a la coordinadora KAS, reiteró su opinión de que la estrategia de ETA la marcan "gentes situadas a este lado de la muga" [frontera].