El Gobierno mexicano retira al Ejército de las ciudades de Chiapas

El Gobierno mexicano ordenó el jueves el acantonamiento de todas las tropas expedicionarias que se encuentran en Chiapas, que se ubicarán a partir de ahora en campamentos e instalaciones militares fuera del perímetro urbano de las poblaciones. La decisión coincide con la aprobación por la Cámara de Diputados de una generosa amnistía para la guerrilla zapatista, que se beneficiará de un plazo más amplio, que el propuesto por el presidente Carlos Salinas de Gortari.

Fue el comisionado para la Reconciliación y la Paz, Manuel Camacho, el que anunció la nueva disposición gubernamental en torno al Ejército. Lo hizo 24 horas después de que un comunicado de la Secretaría de la Defensa Nacional advirtiera que se estaban preparando ataques guerrilleros contra varias poblaciones de la zona en conflicto, lo que, en opinión de los militares, exigía una movilización de tropas hacia los puntos de referencia.Pero no hubo movilización hacia lo que otrora fue el campo de batalla, sino hacia atrás. La advertencia de los militares olía a provocación y no había ningún interés por parte del Gobierno en romper, en base a informaciones militares que destilaban todo tipo de sospechas, el silencio que predomina ahora en la selva Lacandona, donde desde hace ya varios días no se dispara un solo tiro.

El Ejército, que mantiene a más de 12.000 hombres en Chiapas, se retira así de la zona de guerra y se instala en las afueras de las ciudades, convirtiéndose de esta manera en unidades con guarnición en plaza. Es más: esas mismas tropas, que hasta ahora venían compensando la represión a la guerrilla con trabajos de tipo humanitario hacia los pobladores de la zona, trasferirán por orden del Gobierno esta actividad a las autoridades federales y locales. De manera que toda su actividad quedará reducida a partir de ahora al interior de sus cuarteles y campamentos.

Con este anuncio, Manuel Camacho, a quien el Gobierno atribuyó poderes especiales por encima incluso de cualquier ministro, dio un paso más hacia la distensión. No era él único en este sentido de la jornada. Por un lado la Cámara de Diputados aprobó una amnistía mucho más generosa que la que propuso el domingo el presidente Carlos de Gortari, y por otro el Gobierno anunció una condonación de impuestos a 21 municipios del Estado de Chiapas.

Esto último se hizo mediante decreto presidencial y consiste en perdonarle durante seis meses el, impuesto de la renta a los habitantes de todos los municipios que fueron afectados por la sublevación militar de Año Nuevo, entre ellos San Cristobal de las Casas, Ocosingo, Las Margaritas, Oxchuc,- Yajalón y Altamirano. La medida fue justificada por el Gobierno en el marco de las acciones para "restablecer el orden y la concordia" y "contribuir a la normalización de la vida económica" de Chiapas.

Efecto incierto

Expertos de la política mexicana como el subdirector del diario El Financiero, Raimundo Riva Palacio, no están muy convencidos del efecto de este goteo de concesiones a la guerrilla, ya que estiman que regalos diarios de este tipo no solucionan el problema. No obstante, el efecto a corto plazo ha sido positivo. Desde que se anunció un alto el fuego unilateral y la amnistía para la guerrilla, se han detenido las acciones bélicas y hay una esperanza generalizada en torno al diálogo, que, sin embargo, está tardando ya demasiado.El otro paso importante se produjo en la Cámara de Diputados: ya entrada la madrugada del viernes quedó aprobada la amnistía propuesta el domingo por el presidente Carlos Salinas de Gortari, con la sorpresa de que los legisladores fueron más generosos que el propio presidente de la República, al extender el plazo de las 11 horas del día 16 a las 15 horas del 20 de enero último. La ley de amnistía aprobada condiciona el perdón a la entrega de las armas y exime a los que se acojan a ella de cual quier tipo de, interrogatorio o in vestigación en el futuro acerca de su militancia guerrillera dentro del tiempo fijado.